Blogia

1600 Pennsylvania Avenue NW

Divertirse hasta morir: el análisis

Neil Postman, un prestigioso periodista neoyorquino, analiza en su libro Divertirse hasta morir: el discurso público en la era del “show business”  cómo ha cambiado la forma de hacer periodismo en EEUU desde la llegada de la televisión. El autor critica la manera que tiene este medio de transmitir los mensajes al público. La línea argumentativa que Neil Postman sigue en su trabajo se centra en los cambios que se están produciendo en la actualidad en el discurso público (el que ponen en práctica los medios) como consecuencia de la aparición de la televisión. Ahora predomina la cultura de la imagen frente a las ideas y los medios de comunicación han creado un nuevo sistema basado en la búsqueda permanente del entretenimiento. Esto es lo que Postman denomina “show business”.El libro se estructura en once capítulos en los que el autor analiza los principales factores que han producido los cambios en la comunicación y explica cómo y por qué el modelo televisivo predomina sobre el resto de los medios. 

CAPÍTULO 1: EL MEDIO ES LA METÁFORA.

Desde hace ya varias décadas, EEUU es un país volcado con la idea de entretenimiento y, por tanto, se ha instaurado una nueva cultura donde el discurso público toma, cada vez más, la forma del espectáculo. Un espectáculo donde la imagen resta importancia a la ideología y en la que se busca lo entretenido como principal valor comunicativo.El cometido más importante de los medios de comunicación es mostrar la verdad de lo que acontece en la sociedad. La gente ha aceptado la idea de que por si solos no son capaces de entender qué es lo que pasa en el mundo y aceptan  como verdadero aquello que transmiten los medios. El peligro de todo esto, como advierte Postman, es que dependiendo del medio la verdad cambia, es decir, cada uno ofrece “su verdad”.En el caso de la televisión, el discurso se transmite mediante la imagen visual dejando en un segundo plano la palabra. El problema es que este medio se preocupa más de la estética y de la apariencia que de los mensajes que se transmiten y prima lo entretenido frente a las noticias serias y duras. Llegados a este punto Postman se plantea qué credibilidad puede tener un medio más interesado en el rostro de sus presentadores que en ofrecer una buena información. Esto se relaciona con la idea de que las formas de los medios favorecen ciertos contenidos, que son capaces de llegar a cambiar una cultura. Esta es la cultura actual, dominada por la televisión y su forma de ver el mundo, la “cultura de la imagen”.Cada medio de comunicación pone en práctica una forma única de discurso y dependiendo de ésta cambia el contenido. En cada sociedad predomina una cultura distinta pero existen diferentes versiones de ella ya que cada medio expone la suya, por eso hablamos de que el medio es la metáfora. Por tanto, es muy difícil saber cuál es la más adecuada. Para Postman, la visión de la televisión es la más inoportuna y la que da la letra impresa la más relevante. 

CAPÍTULO 2: LOS MEDIOS COMO EPISTEMOLOGÍA.

 La epistemología se centra en el estudio de la naturaleza y del origen del conocimiento. Neil Postman utiliza este término para referirse a la verdad con relación a los medios de comunicación. Este periodista afirma que la verdad se ve condicionada por la forma en que se transmite. De esta idea surge el debate de la defensa de la palabra hablada para transmitir la verdad frente a la defensa de la escritura como fuente de información más fiable. Así, la televisión se basa en la imagen apoyada por la palabra y la prensa tiene como eje principal el poder de la letra impresa.De esta forma, con la llegada de la televisión la prensa pasó a un segundo plano y se impuso una nueva forma de discurso público. Un discurso que otorga el papel principal a la imagen y que pone el acento en el factor emocional de cara al público. Neil Postman critica esa nueva forma de comunicación ya que un medio que se basa en la forma del espectáculo y que busca entretener más que informar no merece ninguna credibilidad porque la verdad que transmite carece de fundamento y argumentación. 

CAPÍTULO 3: LA TIPOGRAFÍA EN LOS EEUU.

El autor de este libro recalca la importancia de la aparición de la letra impresa y la gran repercusión que tuvo en la sociedad norteamericana del momento. En un país donde la mayoría de sus habitantes eran analfabetos, la llegada de la escritura supuso un cambio radical en la cultura dominante en aquellos años. Gracias a la impresión la gente empezó a formarse y aprendió a leer y a escribir y a conocer el mundo. La letra impresa llegaba a todas las clases sociales sin distinción y favoreció la aparición de una nueva sociedad más unida eliminando las diferencias entre los diferentes grupos. En definitiva, creó un nuevo modelo comunicativo que acababa con la primacía de la tradicional cultura oral que era imprecisa, modificable y que desaparecía con el tiempo.El primer uso que se dio a la imprenta fue crear boletines informativos. Posteriormente, también se utilizó para inmortalizar la literatura y, finalmente, su uso pasó a ser casi exclusivo de los periódicos. Los diarios se consideraban la principal fuente de sabiduría donde residía la verdad y el conocimiento. Pero la primacía de los periódicos se vio perturbada con la aparición de las grandes salas de conferencias donde la palabra oral cobraba fuerza. Postman señala que aunque surgieron las conferencias como alternativa a la prensa, este tipo de oratoria era diferente a la que se practicaba antes de su creación. Ahora se llevaba a cabo la llamada “oratoria impresa” en la que el discurso se basaba en los principios básicos de los periódicos. Esta situación cambió radicalmente con la llegada de la televisión que acaparó la atención del público y estableció una nueva forma de discurso público que relegó a la letra impresa. 

CAPÍTULO 4: LA MENTE TIPOGRÁFICA.

En el siglo XIX, en EEUU la oratoria se consideraba un elemento fundamental para la formación de los ciudadanos norteamericanos, sobre todo en relación a la educación política. El público permanecía horas sentado en silencio escuchando a los conferenciantes. Actualmente, es casi imposible encontrar un público así ya que nos encontramos con una nueva cultura que, con la imprenta y sobre todo con la televisión, ha cambiado las formas del discurso político basado en un lenguaje sencillo tanto oral como visualmente.El lenguaje utilizado en la oratoria se basaba en la argumentación como forma de discurso predominante. De esta manera, el discurso público tomaba como base el estilo de la palabra impresa. Principalmente, se buscaba la comprensión del significado de los mensajes por parte de los oyentes para lo que se utilizan recursos propios de la prensa. En esto consistía, según Postman, la “mente tipográfica”: la palabra oral toma como referencia la palabra escrita. Por tanto, el discurso público tenía una estrecha relación con la imprenta.Actualmente, la situación ha cambiado. Mientras que en el siglo XIX lo que primaba en el discurso oral era el contenido y su significado, con la aparición de la televisión como medio predominante la palabra oral busca más el entretenimiento y se basa en el poder de la imagen como recurso más relevante.Por otra parte, la utilización de la publicidad en los medios de comunicación ha cambiado con el paso de los años. En la era de la imprenta, la publicidad apelaba al entendimiento, no a las emociones y su principal objetivo era trasmitir información para proponer diferentes ofertas. La televisión cambió este concepto de publicidad que pasó a considerarse más un como elemento propagandístico cuyos ejes fundamentales eran la imagen y la apariencia. Como señala el autor del libro, la imprenta dio paso al show del espectáculo.     

CAPÍTULO 5: EL MUNDO DE LA DIVERSIÓN.

Con la aparición de nuevos medios de comunicación de masas, decae la importancia del espacio como factor principal para transmitir la información y cambian las formas del discurso de cara a los receptores.La invención del telégrafo supuso una grave ruptura con el tipo de discurso que se practicaba anteriormente, basado en la palabra escrita. Aparece un nuevo tipo de discurso fragmentado en el que la información se presenta sin sus antecedentes y sin sus posibles consecuencias, es decir, aparece descontextualizado. Lo importante ahora es el consumo masivo de esa información independientemente de su contenido y su forma. Por otra parte, con la llegada del telégrafo se da más importancia a las noticias triviales que antes no tenían ninguna relevancia. Esto se debe a la aparición de una nueva ideología cuyo objetivo principal es alcanzar el éxito comercial restando importancia a la calidad de los mensajes que se transmiten.Este nuevo tipo de discurso, además, no está enfocado a la utilidad de la información. No fomenta la acción de los receptores y los convierte en un público pasivo perdido en un mar de información que no saben cómo utilizar.Por otra parte, con la aparición de la cultura de la imagen llega la fotografía a los medios de comunicación como recurso fundamental para trasmitir conocimiento. Es la llamada revolución gráfica donde los protagonistas son la imagen y los símbolos. Postman apunta en su trabajo que si bien es cierto que la fotografía aporta credibilidad a la información que acompaña y ayuda a comprender los acontecimientos que se describen, también tiene graves inconvenientes que hacen que no se pueda considerar como elemento principal en la comunicación sino como un apoyo a la palabra escrita.La fotografía se centra en un elemento o en una situación particular, de forma que aísla el acontecimiento sin presentar su contexto. Así, puede ser entendida como elemento fundamental de apoyo a las noticias telegráficas pero no como sustituta de la palabra impresa. Los medios que surgieron después continuaron con las tendencias del telégrafo y de la fotografía. La televisión fue su principal seguidor. Tomando las características de la información telegráfica y del elemento fotográfico transformó el discurso público orientándolo hacia el entretenimiento y el espectáculo. 

CAPÍTULO 6: LA ERA DEL “SHOW BUSINESS”.

Neil Postman critica continuamente en su libro la forma de hacer periodismo de la televisión. El autor establece que “la caja tonta”, como la llama varias veces en su trabajo, creó una nuevo tipo de discurso que denomina “show business”.Postman afirma que cada medio está sujeto a su tecnología ya que ésta determina la forma y el contenido de sus mensajes. Así, la tecnología de la televisión propicia un tipo de información comercial porque toma como base el elemento visual que busca principalmente entretener a su público adoptando la forma de espectáculo (ahora la comunicación se concibe sobre todo como un negocio). El discurso televisivo, según Postman, carece de argumento y de significado, presenta la información descontextualizada y no profundiza en las noticias que elabora.Si la televisión presenta este tipo de información, ¿por qué la gente acude a ella? El autor del libro señala que la sociedad utiliza la televisión para saber lo que ocurre en el mundo principalmente porque “lo muestra todo”, es decir, presenta lo que acontece a diario de forma puntual (aunque sea de una forma esquemática y simple). Además, la gente considera que es rápida, ya que no disponen de mucho tiempo, y más entretenida. 

CAPÍTULO 7: “¡Y AHORA...ESTO!” 

Neil Postman señala en su trabajo que en la televisión nada se toma en serio; a cada noticia le sigue una mejor, más espectacular, a la que se dedican apenas 40 segundos olvidando rápidamente lo ocurrido por muy trágico que haya sido. Esta es la filosofía de “¡y ahora... esto!”, que defiende la teoría de que la televisión es una sucesión de mensajes escasamente elaborados, música, publicidad y presentadores con un rostro agradable para el público. Este tipo de discurso no hace sino restar importancia a los acontecimientos de los que se informa.Las noticias que se ofrecen son fragmentadas, sin presentar sus antecedentes ni anticipar las posibles consecuencias, simplemente hacen que las noticias sean entretenidas. Así, lo único que se consigue es una discontinuidad en la información: la noticia ocurre, se cuenta en 30 segundos, se olvida y se pasa a la siguiente.Los dos principales problemas que derivan de esto son que el resto de los medios de comunicación, en mayor o menor medida, están imitando la forma de transmitir la información de la televisión y que la búsqueda del entretenimiento como objetivo principal está llevando a la anticomunicación preocupada más por la imagen que por el contenido.De esta forma, se observan en la televisión una serie de rasgos distintivos en su discurso: se buscan presentadores con buena apariencia, cuya imagen parezca agradable y transmita credibilidad (“unos presentadores que permanecen inmóviles en sus asientos sin gesticular lo más mínimo”, señala Postman), la publicidad separa bloques de noticias siendo un elemento más de la información, el tiempo que se dedica a cada noticia es escaso para entender realmente su significado y, por último, el recurso de la música como el factor más visible de la concepción de la televisión como un espectáculo más. 

CAPÍTULO 8: CAMINO DE BELÉN.

En este capítulo, Neil Postman analiza el tema de la religión en la televisión, cómo se presenta al público y qué recursos utiliza. Como mantiene en el resto del libro, la religión en este medio también se concibe como un espectáculo cuya meta es entretener a los receptores en “el circo del show business”. Postman critica sobre todo cómo los programas religiosos se presentan como una especie de teatro donde el verdadero culto pierde su esencia al ser mostrado como un espectáculo. El espacio no es el adecuado ya que no hay ningún elemento que permita relacionar el tema religioso con lo que el espectador está viendo. Tampoco se siguen las normas de conducta propias de la religión. Es un programa más de divertimento en el que se tocan algunos temas religiosos, pero sólo aquellos que entretengan al público.En la televisión, incluso el asunto religioso se vuelve comercial; se trata a los tertulianos (normalmente religiosos) como celebridades de forma que el culto se transfiere de Dios a las personalidades y, además, hay una fuerte presencia publicitaria. El secreto del éxito de estos programas, según el autor de este libro, reside en su estética.La conclusión a la que llega Postman es que la cultura pierde su esencia en la televisión ya que, en este caso, el contenido religioso no aparece en los programas sino que es el contenido televisivo el que impregna los temas religiosos. 

CAPÍTULO 9: ALARGAD LA MANO Y VOTAD A ALGUIEN.

Como en el resto de los temas que se tratan en la televisión, la política no es una excepción y se presenta como un espectáculo. En el caso del tema político esta tendencia se acentúa debido a su trascendencia para la sociedad. Ahora el espectáculo se basa en la propaganda y en la información comercial; se busca el entretenimiento para calmar el descontento de la gente. Como consecuencia de esto, la política se convierte en anuncio y las características del anuncio son las que determinan el discurso público. La política en televisión se basa en la imagen (la “política de la imagen”) para lo que se utilizan diversos recursos para transmitir el mensaje oralmente apelando a la emoción y al sentimentalismo y creando celebridades (Postman señala que los políticos son de todo menos políticos).Todo esto está orientado a conseguir el voto de la gente en las elecciones. La imagen de los candidatos condiciona la elección de los ciudadanos; gana el que tiene mejor apariencia (esta es la “política de la televisión”) no el que presenta la mejor propuesta. Para Neil Postman la política carece de contenido. Esta situación se agrava ya que la gente acude a la televisión y no a los libros para informarse y formarse una opinión. Así, influidos por la importancia que la televisión otorga a la apariencia los votantes sólo buscan una imagen adecuada y una buena presencia en los candidatos. 

CAPÍTULO 10: LA ENSEÑANZA COMO ACTIVIDAD DIVERTIDA.

Con la aparición de programas como “Barrio Sésamo”, la televisión empezó a considerarse como un método más de enseñanza para los niños y los adolescentes. Ahora la tele además de entretener, enseña y, de hecho, empieza a difundirse la idea de que la mejor educación para los jóvenes es aquella que a la misma vez que amplia sus conocimientos les divierte. De esta manera, con la televisión aparece una forma de enseñanza que, según Neil Postman, es totalmente contraria a los métodos que se siguen en la escuela y, por tanto, distancia a los niños de ella. Así, la única manera de mantener la atención de los estudiantes en las aulas es trasladar la manera de enseñar de la televisión a las clases. Esta enseñanza televisiva concibe entretenimiento y educación como elementos indispensables y complementarios. Buscando el divertimento de los niños, las asignaturas que se imparten en las escuelas ahora reducen la explicación y dedican más tiempo a los elementos visuales. Como señala el autor del libro “el contenido de las clases se ha convertido en un espectáculo donde la mejor enseñanza es aquella que se desarrolla en una especie de marco teatral”.

CAPÍTULO 11: LA ADVERTENCIA HUXLEYANA.

Neil Postman hace referencia en su trabajo a la advertencia de Huxley que señalaba que los medios ejercerían tal influencia en los receptores que éstos terminarían por sucumbir a ellos y dejarían de pensar por sí mismos. Así, el público ya no se preocupa por mantener su cultura que, con el dominio de los medios sobre los receptores y en especial de la televisión, ha pasado a ser una forma más de entretenimiento perdiendo su esencia. El autor de este libro propone algunas soluciones para acabar con la mirada pasiva del público frente a la televisión. Lo principal es que la gente asuma que el principal problema no es lo que se mira sino cómo se mira. Pero ante el gran poder de la televisión, el público no puede aprender a mirar por sí solos por lo que se necesita la ayuda de la educación y la formación, sobre todo en las escuelas. En las aulas, los niños deberían aprender desde pequeños a saber interpretar lo que ven los medios. En definitiva, hay que enseñar a ver.

El amigo que nunca falla

Según Cáritas, en España existen 1.500.000 voluntarios colaborando en más de 1.000 proyectos sociales y educativos

Cuenta una conocida leyenda medieval que cuando el rey Arturo armaba a los caballeros les cruzaba los hombros con su sable y, consciente de la responsabilidad que les encomendaba, decía a cada uno: “¡Llevad señor, si podéis, tanto honor y tanta gloria como os deseo!” Aquellos que empuñaban las espadas sabían que tenían la misión de luchar para defender a los demás, ayudar a los más necesitados y acoger a los pobres del camino.

 

Actualmente, los voluntarios son los caballeros andantes de nuestro tiempo, como Quijotes en cuya locura asumen la causa de los más débiles y denuncian las estructuras de poder injustas para conseguir la dignidad y la igualdad de cada comunidad, de cada grupo, de cada persona. El voluntario asume su papel con el idealismo de ese Caballero de la Triste Figura que se mueve por un mundo donde lo toman por loco.

     Según Cristóbal Sánchez Blesa, profesor de Pensamiento Político y Social de la Universidad Complutense de Madrid, el voluntariado es un fenómeno sociológico que surgió en los años sesenta como reacción a toda forma de discriminación por causa de raza, sexo, creencias, cultura, situación económica, edad o ideas políticas participando en algún proyecto solidario dentro de cualquier organización humanitaria. Cáritas cifra en 1.500.000 los voluntarios que actualmente colaboran en más de 1000 proyectos sociales y educativos en nuestro país, superado sólo por Francia en toda Europa.

     El voluntario es una persona que, por elección propia, dedica parte de su tiempo a la acción solidaria, altruista, sin recibir remuneración por ello. Cristóbal Sánchez describe a la persona voluntaria como “un individuo que respeta a los demás, generoso, amable, servicial, cariñoso, capaz de ponerse en el lugar de otros, paciente, comprometido con sus decisiones y con gran sentido de la responsabilidad”. Pedro Rodríguez Martínez, voluntario de la Policía Local de Leganés desde hace más de ocho años, confiesa que “todos los que formamos parte del voluntariado cambiamos nuestra forma de ser y de ver la vida para afrontarla mejor. Sobre todo aprendemos a dialogar con las personas, a controlar situaciones conflictivas y a comprender otras formas de pensar distintas”.

     José Carlos García Fajardo, responsable del programa de Ayuda Social de Cáritas en España, señala que para ser voluntario hay que poner en práctica cuatro conceptos fundamentales: libre elección, solidaridad, acción y organización. La acción voluntaria es resultado de una libre elección, sin presiones ni obligaciones, que no espera retribución o recompensa. La acción solidaria sólo existe cuando ésta repercute en otras personas que no sean la propia voluntaria. Su interés es colectivo, general y público ya que intenta dar respuesta a necesidades, problemas e intereses sociales. Por otra parte, el voluntariado no es sólo un valor ético o una actitud sino una práctica concreta, es acción. Frente a la improvisación y la espontaneidad, se requiere actuar de forma coordinada para lo que se necesita llevar a cabo los cometidos a través de algún tipo de organización o asociación solidaria de carácter independiente, no gubernamental para diferenciarse de la acción de los poderes políticos o de las empresas privadas.

     Asimismo, José Carlos García afirma que no sólo hay una forma de ejercer la acción solidaria sino que existen diferentes maneras de hacerlo. El voluntario puede actuar formalmente (organizado) o informalmente (mediante una acción individual), en un sector público o privado y de forma esporádica o continuada. Además, existen cuatro tipos diferentes de actuación: la ayuda mutua o autoayuda, la filantropía o servicios para otros, la participación y la promoción y realización de campañas.

     En la ayuda mutua, los voluntarios se unen en grupos reducidos para cooperar con los miembros del mismo. En la filantropía, el principal beneficiario de la acción voluntaria no es un miembro de ese colectivo sino un tercero. Por participación se entiende el papel que juegan las personas en los procesos y acciones del gobierno para conseguir un poder justo y equitativo. La última de las formas de ejercer el voluntariado es la promoción y realización de campañas para fomentar los cambios sociales y proponer soluciones a los problemas de interés general. Francisco Javier Muñoz se encarga de enseñar y organizar actividades deportivas en el Centro Penitenciario de Alcalá Meco para chicos de entre 16 y 21 años, la mayoría magrebíes: “esta experiencia en la cárcel es muy gratificante para mí ya que estos jóvenes necesitan afecto, que yo les puedo dar. Ellos me enseñan cosas de su cultura y yo procuro darles a conocer la nuestra”.

 

Pasos a seguir

Según Carlos Miguélez, coordinador de actividades culturales de la Asociación Española del Voluntariado (AEVOL), la persona que decide ser voluntaria debe seguir cinco pasos básicos para lograr su objetivo. En primer lugar, debe examinar cuáles son sus motivaciones. La acción solidaria se lleva a cabo por dos tipos de razones fundamentales: ideológicas, éticas y morales, que le hacen sentir como suyos los problemas de otros y lo mueven a mejorar la sociedad y razones personales, por la necesidad de sentirse útil y conocer experiencias y gente nueva. En cualquier caso, el voluntario sabe que no obtendrá ningún beneficio económico por su labor.

     El segundo paso es determinar el campo de actuación. Existe un amplio abanico temático donde se puede desarrollar la acción voluntaria, pero las actividades más importantes se centran en el sector social, dedicado al apoyo a personas y colectivos excluidos socialmente, en el ámbito cultural, destinado a la conservación de los rasgos culturales propios de cada lugar, en el tema educativo, para la alfabetización y enseñanza de los más desfavorecidos, en el desarrollo medioambiental, encaminado a la protección de especies y espacios naturales y, por último, en el sector sanitario, para el desarrollo de hábitos de vida saludable y combatir enfermedades.

     Una vez elegido el marco de trabajo es necesario definir las ocupaciones o los cometidos que se van a desempeñar. Las principales tareas que llevan a cabo los voluntarios son: investigación sobre temas conflictivos y sus posibles soluciones, información y sensibilización dando a conocer los problemas y necesidades sociales, orientación y asesoramiento para ofrecer apoyo a personas o colectivos en situación de necesidad, formación, reivindicación y denuncia, captación de fondos y recursos para el desarrollo de actuaciones solidarias, planificación y gestión de proyectos sociales, mantenimiento, gestión y promoción de organizaciones solidarias, cooperación con otras asociaciones y reclutamiento de nuevos voluntarios.

     El cuarto paso según Miguélez es tomar contacto con las organizaciones solidarias para conocer su funcionamiento y prepararse para integrarse en el voluntariado. En estas asociaciones se participa en sesiones formativas que mejoran la capacidad de actuación, se leen proyectos y memorias que ayudan a entender el trabajo y se entra en contacto con otras personas que ya están desempeñando esa actividad. Asimismo, es fundamental conocer los deberes, basados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que cada individuo adquiere al ser voluntario.

     Por último, hay que participar, actuar activamente en los proyectos e implicarse en cada caso con un fuerte compromiso. “Llevo un año como voluntaria y, en este tiempo, he descubierto que de verdad se pueden hacer cosas para defender aquello en lo que crees. El trabajo que realizo se centra en la defensa de los derechos de la mujer. Ayudo a las mujeres maltratadas a salir de su situación dándoles una información que ellas desconocen y, además, yo también aprendo muchas cosas de ellas”, confiesa Marga Flores Tomicos, voluntaria en la Federación de Mujeres Progresistas.

     Fruto del continuo crecimiento del movimiento voluntario, se han creado en nuestro país diversos mecanismos para regular esta actividad como la Ley Estatal del Voluntariado 6/1996 y el Código de Conducta de las ONG de 1998 que somete a estas asociaciones a ciertas normas para garantizar la trasparencia y la calidad de sus ayudas. Por otra parte, las Naciones Unidas proclamaron en 1985 el 5 de diciembre como Día Internacional del Voluntariado y declararon el 2001 como Año Internacional de los Voluntarios para promover esta iniciativa y garantizar el reconocimiento en el ámbito internacional de la generosa labor de millones de personas solidarias que, en los distintos rincones del mundo, participan en actividades humanitarias. Como dijo en 1985 el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Pérez de Cuellar, “sin obtener nada a cambio ofrecen su mano a cualquier persona en cualquier momento”.

    

   


 

Viviendo con el enemigo

“Lo reconozco. Me han pegado y mucho, y en su momento no hice nada por evitarlo porque tenía miedo. Del insulto pasó al empujón, de éste al puñetazo y a las patadas e incluso, en alguna ocasión, llegó a pegarme con un bate de béisbol”, confiesa Marta Ceniceros, una ama de casa que sufrió durante cinco años malos tratos por parte de marido. Actualmente, vive con sus dos hijas y acude todos los días a un psicólogo para intentar superarlo. Su pareja falleció hace tres meses de una sobredosis de heroína. Marta aún piensa cómo sería su vida si todavía su marido viviera con ella, pues sólo después de su muerte se atrevió a hablar del problema.

    En Delhi, La India, cada 12 horas muere una mujer quemada por su marido. Éste la rocía con queroseno y la prende cuando aún está con vida. Después denuncia el hecho como un accidente o suicidio. ¿El motivo? Que la dote ofrecida por los padres de la novia no se consideró suficiente. Matándola puede buscar otra mujer mejor con una dote que le permita sobrellevar varios años más su pobreza.

El problema de la violencia de género no tiene fronteras culturales y la cifra de mujeres que mueren a manos de sus parejas cada vez aumenta con mayor rapidez. En España, según datos oficiales, desde 2001 ya son 169 las mujeres que han sido asesinadas por su compañero sentimental; 64 de esas muertes se han producido durante este año.

   Según el Instituto de la Mujer, se considera violencia contra ésta a “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la vida privada”. Además, estas agresiones se repiten periódicamente y cada vez suelen producirse con mayor violencia.

   Para Ana Mª del Campo, fundadora y actual presidenta de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, la violencia de género, aquella que se dirige a la mujer de forma exclusiva por su condición sexual, es una violencia de poder y control que tiene como objetivo limitar la libertad y la autonomía de las mujeres frente a la dominación del hombre. Ana del Campo distingue cuatro formas básicas de abuso: físico, emocional, psicológico y sexual. El abuso físico son acciones tales como golpes, empujones o patadas que causan dolor o daño físico. Los abusos emocionales tienen como objetivo la pérdida de autoestima de la mujer mediante gritos, insultos o críticas. Las acciones que crean miedo, como el aislamiento o la amenaza son abusos psicológicos y, por último, se consideran abusos sexuales a todos los actos de naturaleza sexual no consentidos.

     Las cifras que se manejan para contabilizar el número de muertes de mujeres a manos de sus parejas son engañosas. Según el Instituto de la Mujer, las que mueren a causa de una paliza, un apuñalamiento o un tiro pero que sobreviven más de un día en el centro hospitalario no aparecen en los informes forenses como víctimas de la violencia de género sino que se refleja la parada cardiorrespiratoria o la hemorragia interna. Tampoco se contabilizan los suicidios a causa de los malos tratos ni las muertes provocadas por el deterioro físico producido por las continuas palizas. Durante los cuatro primeros meses de este año, se presentaron más de 10.000 denuncias por malos tratos a mujeres frente a 1.500 hacia los hombres.

El maltrato no se basa sólo en que alguien te ponga la mano encima, sino que antes se encarga de hundirte, de hacerte sentir como si no fueras nadie. Yo pensaba que la culpa era mía y que si yo cambiaba, todo cambiaría. Pero eso no es así ya que te conviertes en lo que él quiere. Nadie tiene derecho a decirte lo que tienes que hacer; la razón no la tiene él porque te pegue”, cuenta Dolores Marín, una estudiante de Derecho que ha padecido durante dos años maltratos por parte de su novio.

Perfil del agresor

María Jesús Miranda López, profesora titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, señala que el estereotipo del agresor no se corresponde la mayoría de las veces con la realidad. María Jesús apunta que muchos médicos y personal sanitario todavía creen que el individuo que maltrata a su mujer es alguien con aspecto agresivo y dominante mientras que otros afirman que los agresores son personas pobres, de nivel cultural bajo o pertenecientes a grupos raciales a los que creen violentos y patriarcales. “Sin embargo, es muy difícil reconocer a la mayoría de los agresores ya que no suelen mostrar en público su violencia y parecen educados, razonables y agradables”, afirma María Jesús Miranda.

     Según la socióloga, existen una serie de comportamientos característicos de una pareja abusiva que permiten reconocerla. El marido violento suele ser una persona celosa que controla constantemente a su mujer, se muestra cruel con animales o niños y a menudo rompe o daña objetos. Además, sus expectativas se alejan de la realidad, suele aislarse de los demás y culpabilizar a otros de sus problemas. El agresor es una persona muy sensible a la que le gusta dominar y sentirse superior. Estas conductas se reflejan en forma de insultos, amenazas, coacciones o agresiones físicas a su pareja.

     “Mantener la autoridad masculina y controlar la relación con su pareja y todos sus aspectos como él se proponga son los principales motivos que explican las agresiones a la mujer por parte de su compañero sentimental”, afirma Francisco J. Santury Martínez, trabajador social de Madrid. Volviendo la mirada al pasado, ya en el siglo XVI la supremacía del hombre sobre la mujer se manifestaba en todos los aspectos de la sociedad. Rousseau escribía así: “hecha para obedecer al hombre, la  mujer debe aprender a sufrir injusticias y a aguantar tiranías de un esposo cruel sin protestar... La docilidad por parte de una esposa hará a menudo que no sea tan bruto y entre en razón”.

      “Sé muy bien el daño que hacemos, y sé también cuánto sufre una persona maltratada. Los celos y los enfados son los causantes de mis malos tratos porque, primero, los celos hacen que vea y sienta cosas malas donde no las hay y, segundo, por haber sido castigado cuando era niño por hacer algo mal. Cuando veo algo malo saco esa rabia que acumulé durante mi niñez”, confiesa Ernesto Pérez, un empresario que maltrató a su pareja durante más de dos años. Actualmente, visita tres veces por semana a un psicólogo y no puede acercarse ni a su ex­-mujer ni a su hija de catorce meses.

 

El abuso de drogas y alcohol es responsable de buena parte de la violencia doméstica e, incluso, en ocasiones el agresor bebe con la intención de ser violento. La mayoría de los agresores tiende a minimizar el número de veces y la gravedad de sus actos. No definen su comportamiento como violento y acusan a sus víctimas de mentirosas cuando los denuncian. Muchos se refugian en excusas para evitar las consecuencias jurídicas y sociales; dicen que en el momento de los malos tratos estaban fuera de control o que fue una locura temporal pero que no volverá a suceder.

    Para determinar las causas de los malos tratos a la mujer es necesario tener en cuenta todas las variables posibles que mueven al agresor. Según Ana Mª del Campo, es necesario distinguir tres tipos de factores fundamentales que permiten explicar la conducta de los agresores: factores socio-culturales, factores socioeconómicos y factores relacionales próximos. El factor socio-cultural tiene una vital importancia en la determinación de las causas que provocan la conducta agresiva dirigida a la mujer. Cada género se encuentra definido por un conjunto de caracteres constituidos o definidos en el entorno social en el que el individuo se desenvuelve y que responden a motivaciones de carácter cultural. Por otra parte, el segundo factor se refiere a la forma en que las características socio-económicas influyen en el posible desencadenamiento de actos violentos, por ejemplo un despido repentino. Por último, los factores relacionales próximos hacen referencia a las relaciones personales de la víctima y al contexto en el que se producen las agresiones.

             

La víctima de los malos tratos

Cualquier mujer puede ser víctima de agresiones por parte de su pareja sentimental, pero la mayoría de ellas presentan una serie de rasgos comunes que facilitan su detección. Francisco Santury señala que las mujeres que sufren malos tratos suelen pertenecer a familias con problemas de comunicación, con dificultad para expresar y manifestar su afectividad y con una interpretación machista del orden familiar.

    Según Santury, las mujeres maltratadas tienen un profundo sentimiento de inferioridad respecto a su pareja y sienten una gran dependencia material y afectiva que les obliga a respaldar a su compañero. Muchas mujeres vuelven con su pareja y la protegen, ya que son capaces de soportar cualquier cosa con tal de mantener unida a la familia y necesitan la relación de pareja para reforzar su propia identidad. Éste es el conocido “síndrome de Estocolmo”: la mujer no puede escapar de su agresor porque siente una fuerte dependencia y precisamente por eso lo defiende.

     Es muy difícil detectar a las víctimas, muchas de ellas pasan inadvertidas y lo esconden por miedo a represalias por parte de su compañero.“Primero, sientes desconfianza y piensas que no te puede estar pasando a ti, después aceptas la situación, entras en una profunda depresión y tienes miedo continuamente. Finalmente, consideras el problema como algo cotidiano y lo integras en tu vida normal”, confiesa Laura del Olmo, maltratada durante dos años. Según la macroencuesta sobre “Violencia contra las mujeres” elaborada por el Instituto de la Mujer el año pasado, el 35% de las mujeres maltratadas tienen entre 45 y 64 años, un 26% entre 30 y 44 años, un 25% entre 18 y 29 y un 14% de 65 años en adelante.

Cómo salir de la situación

Cuando una persona padece malos tratos suele encontrarse indefensa y abandonada en busca de una salida. Para evitarlo existen numerosas instituciones y organizaciones preocupadas por la violencia doméstica que trabajan pasa asesorar y ayudar a sus víctimas como el Instituto de la Mujer, el Servicio de Atención a la Mujer (SAM) o las Oficinas de Asistencia a las Víctimas de Malos Tratos.

   Marcela Lagarde, antropóloga y socióloga de Madrid, establece que en primer lugar la mujer maltratada debe acudir a un centro médico para curarse las lesiones y heridas y para contar con un informe médico que constate las contusiones que se han producido. El segundo paso, y el más difícil, es presentar una denuncia. Las denuncias se interponen en cualquier comisaría de policía o en el Juzgado de Instrucción que esté de guardia. Se deben aportar todos los datos sobre las circunstancias en las que se produjo la agresión y, una vez realizada, se pedirá una copia o justificante. Luis Miguel Doñate, abogado y colaborador en el Instituto de la Mujer, añade que en el momento en el que una mujer presenta la denuncia se debería asegurar que la víctima no volverá a padecer agresiones.

    El tercer paso, según Lagarde, es marcharse de casa. Cuando esté en peligro la seguridad de la mujer o de los hijos, se podrá abandonar el domicilio sin incumplir el deber de convivencia pero en 30 días se deberán solicitar medidas provisionales o presentar la demanda de separación. Las medidas provisionales contemplan la autorización para vivir separados, disposiciones de la custodia de los hijos, utilización de la vivienda y auxilios económicos. Por otra parte, la demanda de separación se interpone en el juzgado de Familia por medio de un abogado o procurador y, si no se dispone de recursos económicos suficientes, se puede solicitar asistencia jurídica gratuita en el Colegio de Abogados.

    Marcela Lagarde recomienda que, al abandonar el domicilio, la mujer lleve consigo el libro de familia, su DNI y el de sus hijos, la cartilla de la seguridad social, una copia de la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y facturas y documentos que acrediten los gastos del sostenimiento familiar. La mujer que decide abandonar su casa se puede dirigir a las pensiones de emergencia subvencionadas por los ayuntamientos que le permiten pasar la noche hasta que consiga contactar con alguna Casa de Acogida. Pero las mujeres que han sufrido agresiones no pueden refugiarse siempre aquí. El paso siguiente es ingresar en algún Centro de Recuperación Integral para Mujeres Víctimas de la Violencia de Género. Allí se les asesora sobre cómo construir una nueva identidad autónoma que les facilite su inserción en la vida social y el desarrollo de sus capacidades.

     Igual de importante que el apoyo oficial y legal, es el apoyo del círculo más cercano a la víctima. Luis Miguel Doñate señala que si se detecta algún caso de malos tratos es fundamental prestar ayuda. Este abogado recomienda una serie de pautas que se deben llevar acabo cuando se detecta este problema: acercarse a la persona de forma comprensiva, no acusativa, hacerle entender que nada justifica la violencia y aunque es difícil hablar de ella es necesario para poder salir de la situación, acompañar a la víctima a un centro médico y, posteriormente, a presentar la denuncia, dar información sobre los recursos y organizaciones existentes para prestarle ayuda profesional, informarle sobre los derechos legales que tiene y ayudarle a dejar su relación y planificar su nueva vida. En ningún caso se debe dejar a la víctima sola y desistir en el intento de hacer frente al problema. También es importante que se le recuerde a la mujer maltratada que, en el caso de tener hijos, también peligran sus vidas y su desarrollo personal.

 

Falta de regulación legal

Los malos tratos se recogen en el Código Penal (CP) en cuatro apartados: el delito de lesiones, los malos tratos en la familia, el carácter público de los malos tratos y las faltas de agresiones en el seno de la familia. Según la ley 35/1995 de Ayuda y Asistencia a las Víctimas de Delitos Violentos y contra la Libertad Sexual, la víctima de un delito violento o de naturaleza sexual puede acceder a una determinada asistencia médica o social y a unas ayudas públicas del Estado. La mujer maltratada tiene derecho a obtener resarcimiento o indemnización por el daño sufrido y formar parte en el proceso penal contra el agresor.

    Sin embargo, algo no funciona en este sistema ya que cada año, según el Servicio de Atención a la Mujer, mueren en España alrededor de 60 mujeres a causa de los malos tratos. Esto se debe, según Luis Miguel Doñate, a la falta de respuestas adecuadas a una problemática mal entendida por parte de las autoridades que disponen de la capacidad de prestar apoyo político, económico y judicial. Pero el principal problema es la falta de precisión y exactitud de las sentencias judiciales que no restablecen los derechos a las víctimas y no castigan suficientemente al agresor. Se necesita una mayor precisión en cuanto a la violencia de género para evitar la ambigüedad y, por tanto, la errónea interpretación de las leyes que regulan el fenómeno.

    La ONU establece que los Estados deben condenar la violencia contra la mujer y aplicar los medios adecuados para eliminarla. Para esto, se debe “establecer una legislación nacional con sanciones penales, civiles, laborales y administrativas para castigar y reparar los agravios infligidos a las mujeres que padezcan malos tratos”. En España ya se han tomado algunas medidas al respecto. En 1998, se reformó el Código Penal para incluir el alejamiento del agresor de su víctima y reconocer la violencia psíquica. Por otra parte, desde el Gobierno se llevan a cabo campañas contra los malos tratos con el fin de sensibilizar al agresor y concienciar a la sociedad española de la gravedad del problema. Con este mismo fin, la ONU declaró hace cuatro años el día 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.           Esta resolución fue el resultado de un creciente movimiento internacional para acabar con este trágico problema.

     Según el Servicio de Atención a la Mujer, en el mundo el 25% de las mujeres son violadas en algún momento de su vida y, dependiendo del país, de un 25 a un 75% de las mujeres son maltratadas en sus hogares de forma habitual. Cerca de 120 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales. Las violaciones han devastado a mujeres, niñas y familias en los conflictos en Ruanda, Camboya, Liberia, Perú, Somalia, Uganda y la antigua Yugoslavia. Durante el tiempo que usted ha tardado en leer este reportaje más de 100 mujeres han padecido algún tipo de maltrato.

 

           

 

Desde una silla de ruedas

Cuando Christopher Reeve hizo la primera versión de Superman frecuentemente le pedían que definiera a un héroe. Él decía que un héroe era alguien que realizaba con valentía y coraje una acción sin medir las consecuencias. Hoy, después de sufrir en mayo de 1995 un accidente que lo dejó parapléjico, Reeve piensa diferente. “Creo que un superhéroe es una persona común que de alguna manera encuentra fuerzas para superar enormes obstáculos. Ellos, y los familiares que están a su lado, son las personas más valientes que conozco”, dice en su libro “Still me” (Sigo siendo yo).Uno de esos “superhombres” es Federico Pinilla. Federico es licenciado en Dirección y Administración de Empresas, domina el inglés, posee dos másters (uno en la Autónoma de Madrid y otro en la Universidad de Standford, en Londres), maneja perfectamente diversos programas informáticos y es, actualmente, responsable de un programa de radio. Además de todo eso, Fede, como le llaman sus amigos, es ciego. Ésta es la característica que más pesa en su currículum a la hora de buscar empleo; al menos, eso piensa tras acudir a varias entrevistas de trabajo donde su experiencia no ha sido agradable: “Todavía hay mucha gente que no se cree que los ciegos podamos trabajar como cualquier otra persona. Hace tiempo fui a una conocida consultora internacional. Tenía noticia de que no contrataban a personas con minusvalía pero, aún así, envié el curriculum. Me llevé una gran sorpresa cuando me llamaron; en la entrevista me dijeron que cumplía el perfil que buscaban y que ser ciego no era un problema para la empresa. No volví a tener noticias de ellos”.

Lamentablemente, el caso de Federico no es el único. Todavía existen muchos prejuicios, entre los empresarios y la sociedad en general, relacionados con la capacidad laboral de las personas con minusvalía. Una persona discapacitada es aquella que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales por alteración de sus funciones intelectuales o físicas. La discapacidad puede ser mental, física o relacionada con trastornos del desarrollo y de la comunicación. Esta condición es la que la sociedad tiene en cuenta a la hora de contratarlos, considerándolos inferiores a los demás (un 80% de los discapacitados permanece inactivo). Pero, pese a su discapacidad, son personas capaces y útiles, deseosas de que se les brinde una oportunidad para desarrollar todas las habilidades que poseen.

“Tres de cada cuatro discapacitados no tiene trabajo”

España se incorporó tarde al proceso general de integración de personas con discapacidad y eso se nota en los niveles generales con respecto a otros países. Según la última encuesta realizada por el INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre “Deficiencias, Discapacidades y Estados de Salud”, en nuestro país existen alrededor de 2.300.000 disminuidos de los que 1.200.000 está en edad  de trabajar. La tasa de paro de las personas con discapacidad que quieren trabajar es del 25,83%, mientras que en el resto de la población la tasa de un 15,86%. En el resto de Europa, la situación no es mucho mejor. CERMI (Comité Español de Representantes de Minusválidos) establece que casi 40 millones de ciudadanos europeos (casi un 12%) ven dificultada su participación en la sociedad por las situaciones de discriminación que padecen en relación con el empleo. Tres de cada cuatro discapacitados no tienen trabajo y los pocos que acceden al mercado laboral se encuentran en clara inferioridad de condiciones con respecto al resto de trabajadores, incluso reciben remuneraciones inferiores a las de sus compañeros por el mismo trabajo (esta circunstancia se ve incrementada cuando se trata de mujeres con discapacidad o discapacitados severamente afectados).Luis Cayo Bueno, director del CERMI, apunta algunos de los problemas más comunes con los que se encuentran estas personas cuando deciden trabajar. El señor Bueno señala que en una situación como la española, en la que el empleo es bien escaso, las personas que pertenecen a grupos vulnerables ven aumentadas sus dificultades notablemente. Otras veces, el obstáculo viene dado por la existencia de estereotipos y prejuicios, sobre todo de los empresarios, en relación a la capacidad de trabajo de los discapacitados. “No sólo se les consideran candidatos de inferiores condiciones, problemáticos, o simplemente raros- confiesa -, sino que incluso no se entiende que una persona con minusvalía quiera trabajar”. Otro factor de exclusión, es el déficit informativo; sólo 1 de cada 26 discapacitados tiene un título educativo superior frente a 1 de cada 6 en la población general. A esto, según Cayo Bueno, hay que añadir las barreras arquitectónicas en los centros de trabajo como la carencia de rampas, ascensores, la falta de adecuación de los sistemas de transporte etc.

Los problemas a los que se tienen que enfrentar los discapacitados son fruto, fundamentalmente, de la visión que tiene de ellos la sociedad. La comunidad cree que las personas con discapacidad no tienen ninguna habilidad que les permita ganarse la vida y sólo se ve de ellas su padecimiento. La falta de integración es provocada por los impulsos económicos, y no sociales, que mueven a la sociedad. El empresario – aunque cada vez menos – asocia “discapacitado” con “problemas”. Piensa que el disminuido rinde poco, que coge muchas horas de baja por su enfermedad, que va mucho al médico y que, por tanto, trabaja menos. Esto deriva en menos productividad y menos dinero y por eso nos los contratan. Muchas empresas no cumplen la LISMI (Ley de Integración Social de Minusválidos), que establece que al menos un 2% de los puestos de trabajo debe quedar reservado para personas discapacitadas. La Encuesta sobre Actitudes de Intolerancia y Discriminación mostró que un 35% de las personas cree que quienes tienen discapacidad obstaculizan una buena realización del trabajo. Mariano y José son dos discapacitados psíquicos, empleados de Ibermail, que aseguran que la sociedad es en muchas ocasiones poco solidaria con ellos porque les falta información.

     Aunque son muchas las actuaciones necesarias para fomentar la integración laboral de los minusválidos, son cuatro los elementos indispensables para llevarla a cabo: la formación, la adquisición de determinadas habilidades, la motivación y la potenciación de servicios especializados. Isabel Torras Genís, profesora de las Escuelas Universitarias de Trabajo Social y Educación Social, analiza con detenimiento estos factores; el nivel formativo de los discapacitados es muy bajo debido a diferentes razones y en el mundo laboral la formación es un eje fundamental. También es necesario que estas personas adquieran una serie de habilidades personales y sociales, de las que carecen debido a su discapacidad, para desenvolverse en el mercado laboral. La motivación es fundamental para conseguir su adaptación. Es importante incrementar su autoestima, su autonomía personal y hacerles saber que se confía en ellos. Todo esto debe respaldarse con la mejora y el desarrollo de servicios especializados de ayuda y educación. Estos servicios se centran en la supresión barreras arquitectónicas y en la formación de directivos y profesionales. Consiguen adaptar el lugar de trabajo o estudio a las necesidades de cada persona (acceso, mobiliario, útiles de trabajo) e invierten en programas de formación de educadores, terapeutas, logopedas etc., que actúan de mediadores entre los discapacitados y el mundo laboral.           

Según el CERMI, las ofertas de empleo para minusválidos se quedan sin cubrir en 8 de cada 10 empresas. Esto se debe a la falta de cualificación profesional de los minusválidos. En la Unión Europea, dos tercios de estas personas no terminan la educación secundaria y, entre los que lo logran, sólo un 10% llega a la universidad. En España, el 37% no tiene ningún tipo de formación. Entre los que tienen algún estudio, el 78% carece de cualificación específica y abandona los estudios tras cursar la ESO, de acuerdo con los datos del INE.           

Para potenciar esta formación y su posterior integración laboral, se necesitan, en primer lugar, adaptaciones curriculares. Estas adaptaciones se deben realizar durante todas las etapas de la enseñanza para que los alumnos con algún tipo de deficiencia puedan seguir, en igualdad de oportunidades, el currículum o actividades escolares normalizadas. En segundo lugar, es necesario un asesoramiento vocacional realista y ajustado a las posibilidades reales de cada persona. Y por último, es imprescindible desarrollar programas de inserción socio- laboral como los Centros Especiales de Empleo (CEE). Estos centros dan preferencia a los minusválidos la hora de contratar personal y reservan al menos un 70% de las plazas para ellos. Aquí se les prepara para acceder al mercado de trabajo. “La idea principal es que pasen a empresas normales cuando estén preparados, pero en la práctica sólo un 2% lo consigue”, manifiesta José María Arroyo, presidente de la ONCE. 

Nuevas tecnologías           

 Los avances tecnológicos, y en especial Internet, son un instrumento de mejora para la integración social y laboral de las personas con discapacidad. En la computación han encontrado una forma de seguir adelante, de poder aprender y trabajar. Se han creado escuelas en las que se les enseña a manejar un ordenador. En las clases, elaboran textos, realizan operaciones matemáticas y ejercitan el razonamiento. El último invento creado para ayudar a este colectivo es el Braille Hablado (Braille N`Speak). Es una máquina - para personas ciegas- no más grande que un cassette de vídeo, tiene teclado Braille y permite escribir textos, almacenar teléfonos, crear calendarios y agendas, utilizarla como calculadora y guardar archivos. Su mayor adelanto es que es compatible con cualquier procesador de textos.                       

Para hacer cumplir los derechos de los discapacitados y prestar ayudas a sus familias, se han creado numerosas organizaciones tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Algunas de las asociaciones más conocidas son la ONCE (para los deficientes visuales), CERMI (plataforma de encuentro y acción de la discapacidad), la Confederación Española de Agrupaciones de Familias y Enfermos Mentales (FEAFES) y la Organización Mundial de Personas con Discapacidad (OMPD). Todas estas organizaciones están amparadas por la Legislación Internacional, en la que se destaca que “cualquier persona con algún tipo de discapacidad tiene los mismos derechos que los demás seres humanos” y que “deben ser protegidos contra toda explotación y todo abuso o trato degradante”. Gracias a las actuaciones de estas entidades, se han logrado numerosos objetivos como la creación del Día Internacional y Europeo de las Personas con Discapacidad, que se celebra el 3 de diciembre.           

Pero las organizaciones existentes no son suficientes. La UE ha manifestado que las barreras presentes en el entorno son todavía muchas y deben ser eliminadas y, para ello, los Estados miembros tienen que aumentar sus ayudas a este colectivo a través de nuevos Planes de Empleo y mayores subvenciones. El objetivo de este iniciativa es crear una Europa sin barreras. A finales de 2001 se aprobó una directiva europea de “no- discriminación laboral por discapacidad” que los países de la UE irán adaptando a sus legislaciones. En España, se prepara una ley que llevará el principio de esa directiva a la práctica y que estará lista para 2003.           

Los datos del INE revelan que, en los últimos cuatro años, 100.000 personas con discapacidad encontraron empleo. Esto supone un logro importante pero todavía hay un gran número de este colectivo que no tiene trabajo. Según CCOO (Comisiones Obreras), el 68% de los hombres discapacitados y el 84% de las mujeres está en situación de desempleo. Esto viene a confirmar que, a pesar de que hay un avance notable, los datos de incorporación real al trabajo reflejan la discriminación que sigue habiendo hacia este grupo de personas. “Me llegaron a preguntar si sería capaz de marcar un número de teléfono, cuando llevo años manejando teclados de ordenador”, dice Elisa Domínguez, máster en Dirección de Empresas y discapacitada psíquica.          

 La discriminación hacia estas personas no está en absoluto fundamentada. Estudios públicos y de la empresa privada revelan que los discapacitados en general, son más constantes en el trabajo, más puntuales, enferman menos y mejoran el clima laboral de la empresa, debido al afecto que se ganan entre sus compañeros. Un estudio realizado por la ONCE revela que los discapacitados son un 87% más responsables que quienes no tienen problemas físicos o mentales; que son un 72% más puntuales; que se ausentan del trabajo un 74% menos que el resto de trabajadores y que la calidad de su trabajo es un 63% mejor que la del resto. Los jefes que tienen a estas personas en sus plantillas están totalmente satisfechos con su trabajo. Así, empresas como Burger King, Mac Donalds, Carrefour o Eroski ya confían en ellos.

El actor Christopher Reeve, el “astro” de Superman, tras quedarse parapléjico por una caída desde un caballo hace más de siete años, declaró que “aceptar tu condición es un paso esencial, y el primero que tienes que dar, en el proceso de rehabilitación”. Además, explicó que en sus sueños nunca aparece en silla de ruedas, lo que, según él, es una muestra de su fuerte convicción de que algún día recuperará la movilidad. El actor es, desde su accidente, un símbolo de esperanza para muchos, porque no se ha rendido en ningún momento. Reeve se ha convertido en un héroe dentro y fuera de la pantalla.

¿Cabeza o corazón?

Melburn McBroom era un jefe autoritario y dominante que tenía atemorizados a todos sus subordinados, un hecho que tal vez no hubiera tenido mayor transcendencia si su trabajo se hubiera desempeñado en una oficina o en una fábrica. Pero McBroom era piloto de aviación. En el año 1978, su avión se estaba aproximando al aeropuerto de Portland (Oregón) cuando de pronto se dio cuenta de que tenía problemas con el tren de aterrizaje. Ante aquella situación, McBroom comenzó a dar vueltas en torno a la pista de aterrizaje, perdiendo mucho tiempo mientras trataba de solucionar el problema. Tanto se obsesionó que consumió toda la gasolina del depósito mientras que los copilotos, temerosos de su ira, permanecieron en silencio hasta el último momento. Finalmente el avión terminó estrellándose y en el accidente perecieron diez personas.

Hoy en día, la historia de este accidente es uno de los ejemplos que se estudia en los programas de entrenamiento de los pilotos de aviación. La principal causa de los accidentes aéreos son los errores humanos, que en muchos casos se podían haber evitado si la tripulación hubiera trabajado en equipo. En la actualidad, el adiestramiento de los pilotos no sólo gira en torno a la competencia técnica sino que también se presta atención a la inteligencia social: una buena comunicación, colaboración, la escucha o el diálogo interior.En 1994, el psicólogo Daniel Goleman afirmó que cada ser humano posee dos mentes: una racional y otra emocional. La inteligencia racional funciona siguiendo reglas establecidas, es lenta, consciente, analítica y se encarga de las operaciones lógicas. Este tipo de inteligencia se mide a través del cociente intelectual o C.I. Antes de que Goleman hablara por primera vez de una inteligencia emocional, se le concedía mayor importancia a la mente racional. Sin embrago, un C.I. alto no garantiza el éxito en la vida, las relaciones o el trabajo. Para eso hacen falta otro tipo de habilidades que son precisamente las relacionadas con el otro tipo de inteligencia. La inteligencia emocional toma como referencia la experiencia vivida, es automática, preconsciente, rápida, y está relacionada con los sentimientos y la personalidad. Se basa en los pensamientos que aparecen en nuestra mente de manera automática ante cualquier acontecimiento y en los conocimientos adquiridos con el paso del tiempo.

Este tipo de inteligencia funciona por asociaciones en vez de por lógica, estableciendo relaciones entre hechos y sensaciones que tienen una fuerte carga emocional.Anatómica y fisiológicamente la inteligencia intelectual o racional y la inteligencia emocional se encuentran en regiones diferentes del sistema nervioso. La unión de ambas es la que determina la forma de ser y de afrontar la vida de cada individuo. “Ser listo, agudo o avispado”, fue la respuesta de Fernando Tapia, un estudiante de cuarto curso de Derecho, cuando se le preguntó qué era la inteligencia. Sin embargo, Mª del Carmen López Bueno, psicóloga y profesora, dio una respuesta totalmente diferente a la misma cuestión: “la inteligencia es la capacidad de una persona para enfrentarse a situaciones nuevas usando principalmente sus aptitudes”.Según Daniel Goleman, aparte del C.I. existe un cociente emocional o C.E. Las personas con un cociente intelectual alto poseen gran habilidad con el cálculo, con las operaciones matemáticas y lógicas, así como buena memoria y capacidad de raciocinio. Por otra parte, aquellas personas que tienen un elevado cociente emocional poseen mucha facilidad a la hora de convivir con otros individuos, de relacionarse, de entender a las personas, saben escuchar a los demás y tienen gran capacidad de autocontrol y reflexión. A pesar de que no se percibe la relación entre ambos tipos de inteligencia, es en los momentos en los que existen contradicciones entre ambas cuando tomamos conciencia de las mismas. Es decir, cuando la cabeza – inteligencia racional- dice una cosa y el corazón –inteligencia emocional- otra distinta.

Según los psicólogos estadounidenses William Stern y Daniel Goleman, el C.I. contribuye en un 20% en los factores que determinan el éxito en la vida y el C.E. aporta el 80% restante. Ambos psicólogos realizaron en 1982 un experimento en un colegio con niños de seis años. Les mostraban a cada uno una golosina y les decían luego que podían comérsela, pero que si esperaban a que volvieran de un recado les darían dos. Algunos chicos no aguantaban y se comían la golosina; otros elegían esperar para obtener una mayor recompensa. Quince años después, se hizo un seguimiento de esos mismos chicos: los que habían aguantado sin tomar el caramelo, y por lo tanto controlaban mejor sus emociones, eran más emprendedores y sociables. Los impulsivos (con menos inteligencia emocional) tendían a desmoralizarse ante cualquier inconveniente y eran menos brillantes en sus trabajos.

La inteligencia emocional se compone de cinco “competencias emocionales” en las que se engloban los comportamientos, conocimientos, habilidades y actitudes que denotan un buen control de los sentimientos. Estas competencias son: la autonciencia, tener conciencia de uno mismo, de los estados internos, defectos y debilidades; la autorregulación, que se refiere al control de los impulsos y los sentimientos; la empatía, que hace referencia a la capacidad de comprender los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otras personas; las habilidades sociales, relacionadas con la capacidad de comunicación y de resolver problemas, al liderazgo y la influencia en los demás; y, por último, la motivación. La psicopedagoga Lucía Martínez afirma que en España, el porcentaje de divorcios de quienes se casaron en 1890 era de un 10%, en 1920 fue de un 18% y en 1950 se alcanzó el 30%. Las posibilidades de las parejas que contrajeron matrimonio en 1970 de seguir juntas era de un 50% y en 1990 un 67%. Lucía Martínez mantiene que el principal problema de estas parejas es la falta de comunicación y de comprensión.

“La tensión emocional puede sobre la lucidez mental”

Julián Domínguez León es un empresario de 37 años de Madrid. Siempre se ha caracterizado por su falta de carácter y por ser muy influenciable. Hace más de 10 años, Julián tuvo una de las experiencias que más influyó en su vida. Era 11 de Junio de 1991, el termómetro marcaba 32 grados. Julián tenía esa tarde el último examen de contabilidad de la carrera. Estaba muy nervioso y le sudaban las manos, era muy importante sacar buena nota porque se jugaba la carrera. Entre los compañeros se notaba la tensión y él sólo podía mirar fijamente el suelo. “Cuando entregaron el examen, las piernas empezaron a temblarme. Me pareció que podía desmayarme en cualquier momento”. Julián miró el examen, leyó algunas preguntas y escribió el nombre como pudo. Cuando se dispuso a empezar, le fallaron las fuerzas, se quedó en blanco y no podía recordar nada de lo que había estudiado. Estaba inmóvil, su mente estaba paralizada; no pudo hacer otra cosa que entregar su ejercicio a los 15 minutos e ir al cuarto de baño. El caso de Julián refleja a la perfección cómo la tensión emocional puede sobre la lucidez mental. 

Cómo medir el C.E.

A diferencia del C.I., no existe un test preciso para medir el C.E. Factores como el nivel de sociabilidad, la empatía o la capacidad de actuación frente a situaciones adversas no se pueden valorar con un test de inteligencia tradicional (que mide el C.I.). El primer proyecto propuesto para conseguir evaluar la inteligencia emocional fue realizado en 1995 por el Whashington Quality Group (WQG). El WQG está formado por psicólogos y trabajadores sociales estadounidenses que se dedican a aconsejar a las empresas cuando contratan empleados. Sus decisiones se basan en los resultados de un test de conocimiento que mide factores como la creatividad, la intuición, la escala de valores o la resistencia. Además, hacen un seguimiento de los empleados para estudiar cómo se relacionan y cómo afrontan los problemas. Este tipo de test es el denominado C.E Test, que no ofrece un resultado cuantitativo sino cualitativo.

 Para Goleman, las personas con un alto C.E. tienen los denominados poder de la voz, poder de la imaginación, de la retribución, del compromiso y el poder de la asociación. A través del poder de la voz, se articulan los pensamientos para que puedan ser compartidos. Mediante el poder de la imaginación se crean y se ponen en práctica nuevas ideas y propuestas. El poder de la retribución eleva la autoestima y la motivación, y aumenta la satisfacción personal. La lealtad se relaciona con el poder del compromiso, y la alianza con otras personas se refleja en el poder de la asociación.

Las emociones son estados afectivos de expresión súbita y de aparición breve que pueden crear un impacto positivo o negativo sobre la salud física y mental. Goleman señala como emociones negativas la rabia, la depresión, la ansiedad y la represión. Además, existen las denominadas “emociones primarias” que son las que suelen aflorar en el transcurso de la vida cotidiana de las personas. Éstas son la ira, el miedo, la felicidad, el amor, la sorpresa, el disgusto y la tristeza. Para controlar estas emociones es necesario desarrollar la inteligencia emocional. Pedro García, profesor de psicología desde hace 24 años, afirma que el 82% de las personas que con frecuencia tienen ataques de ira y de rabia, no han desarrollado en su totalidad las distintas habilidades y capacidades de las que se compone la inteligencia emocional.

Clara López acabó en 1998 la carrera de Periodismo en Sevilla. A los tres meses, se trasladó a Madrid porque un periódico local le había ofrecido trabajo pero cuando llegó allí se enteró de que el diario había sido comprado por otra empresa. Clara se quedó sin el trabajo y tuvo que volver a su ciudad. Allí, empezó a trabajar como becaria en un periódico de la capital. Su trabajo era inestable y tenía unas precarias condiciones económicas. Carecía de seguro de enfermedad y le ordenaban realizar numerosos trabajos extras. Esta situación le hacía sentirse angustiada y empezó a preocuparse por su salud. Estuvo convencida que su dolor de cabeza era consecuencia de un tumor cerebral e imaginaba que tendría un accidente cada vez que cogía el coche. Se convirtió en una persona obsesiva y sin ánimos de realizar su trabajo. La causa de su malestar fue que era incapaz de controlar las emociones negativas que le rodeaban.El término “inteligencia emocional” se empleó para describir cualidades emocionales que tienen importancia para alcanzar el éxito y desarrollarse personalmente. Algunas de estas cualidades son el respeto, la amabilidad, la persistencia, la simpatía, la capacidad de adaptación o expresión y la comprensión de sentimientos. En medicina, el desarrollo de estas cualidades permite lograr un equilibrio emocional que ayuda a proteger la salud y el bienestar. Las emociones negativas son para la salud física tan nefastas como los malos hábitos alimenticios. Según José María Pinzón, fisioterapeuta y doctor clínico de Madrid, las deficiencias en la inteligencia emocional agudizan los problemas de salud, desde la depresión hasta trastornos en la alimentación o el abuso de drogas.             

‘Al comienzo de la guerra del Vietnam, un pelotón estadounidense se hallaba agazapado en un arrozal luchando con el Vietcong cuando, de repente, una fila de seis monjes comenzó a caminar por el sendero elevado que separaba un arrozal de otro. Completamente serenos, los monjes se dirigían directamente a la línea de fuego. David Bush, uno de los integrantes de aquel pelotón, recuerda aquel momento: “caminaban perfectamente, en línea recta. Nadie se atrevió a disparar, nadie fue capaz de levantar el arma. Después de que hubieron atravesado el sendero, la lucha concluyó”. Ningún soldado siguió combatiendo aquel día, ambos bandos dejaron de disparar después de aquella situación’. Este fragmento corresponde a la obra “Inteligencia Emocional” de Goleman. La visión de aquel desfile de monjes apaciguó a los militares en plena batalla. Esto demuestra que las emociones son contagiosas, que se pueden transmitir y controlar. En este caso la mente emocional fue más determinante que la mente racional.

Las personas coléricas padecen más enfermedades cardíacas

En el año 1999, dos cardiólogos madrileños, Violeta Pachón y Gregorio Polino, hicieron un estudio que pretendía demostrar cómo las personas con bajo C.E. eran más propensas a sufrir problemas cardíacos. Quisieron mostrar que las características mentales eran más determinantes que la obesidad o el consumo de cigarrillos a la hora de padecer alguna enfermedad cardíaca. El estudio se realizó sobre 500 hombres a los que dividieron en dos grupos según la personalidad: el grupo A era rígido y distante, y el grupo B era tranquilo y sociable. Los dos grupos tenían las mismas características: mismo nivel de colesterol, todos fumaban y tenían aproximadamente el mismo peso (sobre 85 kilos). En el 2002, 75 hombres habían sufrido un ataque cardíaco. De esos 75 hombres 60 pertenecían al grupo A: eran ambiciosos, muy competitivos y coléricos.Daniel Goleman establece que el 75% de las personas que superaron las situaciones vividas durante el holocausto nazi tenían un elevado C.E., mientras que el otro 25%, que no consiguió dejar atrás el pasado, presentaba alto C.I. Además, un 40% de estas personas que sufrieron la presión nazi tuvo algún tipo de enfermedad, y de este 40% sólo el 0,8% eran individuos serenos, sencillos, sinceros y saludables.Irene acudió hace dos años a una cita con un conocido que acabó en un intento de violación. Aunque había podido librarse de su atacante, éste continuó amenazándola, molestándola en mitad de la noche con llamadas telefónicas obscenas y siguiendo cada uno de sus pasos. Cuando denunció el hecho a la policía, ésta le quitó importancia alegando que “en realidad no había ocurrido nada”. Pero cuando Irene acudió a terapia a la consulta de Lucía Martínez, presentaba una baja autoestima y falta de control y de confianza en los demás: un bajo cociente emocional. Necesitó más de un año de rehabilitación para recuperar su vida normal. Irene en quinto curso de primaria obtuvo la puntuación más alta en un test de inteligencia racional.

Al igual que la inteligencia racional, la inteligencia emocional puede desarrollarse y aprenderse. Según Goleman, es necesario que se enseñe a los niños a resolver conflictos, a controlar sus impulsos y a comunicarse con los demás. No sólo se debe potenciar la inteligencia lógica sino que al mismo tiempo hay que educar emocionalmente a los individuos. El dominio de las emociones disminuye la dificultad de prestar atención en el colegio, y la capacidad de relacionarse permite al niño sentirse integrado en el grupo. Desde pequeños deben saber la diferencia entre lo bueno y lo malo, saber compartir y ser tolerantes. De hecho, a los seis años se inicia la etapa de la empatía cognoscitiva: la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de otra persona. Elisa Aranda, bióloga y profesora, afirma que un 75% de los niños que abandona la escuela lo hace por sentirse rechazado en la misma y no por falta de C.I. Actualmente son muchas las empresas que están invirtiendo en formar a sus trabajadores en la inteligencia emocional. Se han dado cuenta que la clave del éxito está en el grado en el que los trabajadores de una empresa conozcan y controlen sus sentimientos y sepan reconocer los de los clientes. Antes lo principal era tener títulos y masters; ahora lo que importa es que los empleados tengan un buen perfil psicológico que les permita llevarse bien con sus compañeros y con la organización.

El piloto Melburn McBroom falleció en un accidente de aviación porque sus subordinados no se atrevieron a aconsejarle cuando éste intentaba recuperar el control de su avión. Mary Clintter, esposa de uno de los copilotos que perdió la vida en este accidente, asegura que su marido siempre tuvo un gran respeto a su jefe. No se atrevía a proponerle nada por temor a una represalia. Las decisiones siempre las tomaba McBroom sin escuchar a los demás. Si hubieran tenido una buena relación, si alguno se hubiera atrevido a ayudar a su superior cuando el tren de aterrizaje se atascó, el accidente se podía haber evitado.

Mobbing: la enfermedad del siglo XXI

El acoso moral y psicológico en el trabajo afecta a 750.000 personas en España y a 13 millones en Europa

Luz llevaba diez años trabajando como secretaria de alta dirección. Entonces hubo un cambio de jefa, y la nueva fue relegándola poco a poco de sus funciones. En paralelo, las compañeras comenzaron a eludirla en las conversaciones y a las horas de comer. En un clima de desdén, no faltaron los apodos que aludían incluso a su defecto físico al andar. A los cuatro meses, Luz se había quedado sin ocupaciones y había perdido la comunicación con su entorno. Nunca obtuvo explicaciones por parte de su jefa. Por el contrario, fue recriminada como culpable de su extraña actitud. Con síntomas de abatimiento, insomnio, pérdida de memoria y llantos descontrolados, Luz recurrió a un psicólogo. Se le diagnosticó estrés postraumático, propio de las personas que han vivido una gran catástrofe, violaciones o graves accidentes, y fue dada de baja. A los nueve meses consiguió un despido improcedente visto que su puesto había sido ocupado por otra. Hoy, tres años después, Luz no se ha recuperado y dice sentirse incapaz de trabajar como secretaria.

Tiene 37 años.Luz es una víctima del acoso moral en el trabajo o lo que en inglés se denomina mobbing. Según Heinz Leyman, el primer psicólogo que trató el tema, el mobbing es una forma sofisticada de acoso laboral ejercido contra uno o más trabajadores de forma sistemática (al menos, una vez por semana) durante un tiempo prolongado (más de seis meses) con el objetivo de que abandonen voluntariamente el puesto de trabajo correspondiente, para lo que se propicia la degradación del entorno laboral creando un clima de permanente sobresalto y miedo.  El mobbing es una forma de acoso laboral que afecta fundamentalmente al área de la salud mental puesto que se ejerce una violencia psicológica extrema sobre el trabajador. Se pueden distinguir dos tipos fundamentales de mobbing: cuando el acoso moral se produce por parte de un jefe o superior (mobbing vertical) o cuando se da entre compañeros de la misma categoría (mobbing horizontal). Además, según José María Prieto, catedrático de psicología de la Universidad Complutense, existen dos casos de mobbing: los recuperables - los que superan la situación - y los que necesitan tratamiento psicológico.Pero no cualquier conducta o comportamiento puede calificarse como mobbing.

Es muy importante saber distinguir el acoso moral de una crítica justa del jefe. Puede haber una persona con un estilo autoritario, que sea sobreexigente y no escuche razones, pero no es necesariamente un acosador. Se tienen que cumplir dos requisitos para que se pueda hablar de mobbing: que se produzcan ataques injustificados a la víctima y que estos ataques se prolonguen durante un largo periodo de tiempo.En el desarrollo del problema se distinguen cuatro etapas básicas. La primera es la fase de conflicto. Se produce un cambio en las relaciones, por parte del acosador, que hasta ese momento son neutras o positivas. El cambio suele estar motivado por la envidia y los celos. La víctima pasa a ser criticada por la forma de hacer su trabajo, que hasta el momento era bien considerada. La segunda fase es la de estigmatización o mobbing propiamente dicho. Lo que en origen es un conflicto entre dos personas se convierte fácilmente en una campaña de hostigamiento de varias personas contra una. La víctima es un incordio o amenaza para el/los acosadores. Esta fase se prolonga debido a la evitación o negación de la realidad por parte del trabajador, otros compañeros, sindicatos e, incluso, la dirección. La tercera fase es la de intervención desde la empresa; dependiendo del lugar, legislación y cultura de la empresa, se tomarán medidas desde algún escalón jerárquico superior encaminadas a la resolución positiva del conflicto o, más habitualmente, a desembarazarse del supuesto “culpable”. Y la última etapa es la fase de marginación o exclusión de la vida laboral. El empleado compatibiliza su trabajo con largas horas de baja o queda excluido definitivamente del mundo laboral con una pensión de incapacidad. En esta etapa, la persona convive con diversas patologías como la depresión y la apatía.

“Los varones entre 45 y 55 años son los más afectados”

José Luis Roales- Nieto, presidente de la Asociación de Abogados Laboristas, asegura que al contrario de la creencia generalizada de que las mujeres son las trabajadoras que más sufren acoso psicológico en el trabajo,  las estadísticas revelan que el colectivo de empleados más expuestos a estas prácticas son varones con alta cualificación entre 45 y 55 años y que trabajan en el sector de servicios. El segundo grupo más acosado es el de las mujeres con estudios no universitarios menores de 30 años. Por otra parte, el acoso moral tiene mayor incidencia en las administraciones públicas que en la empresa privada, debido a la estabilidad de los trabajadores en el primero de los casos, especialmente en los funcionarios, los profesionales sanitarios, trabajadores de medios de comunicación, y los sectores educativo, hostelero y de servicios.  

En España, el mayor índice de demandas sobre temas de acoso moral está en Madrid y Cataluña, y donde menos demandas se han registrado es en Extremadura y las Islas Canarias. En Europa, los países más afectados por el mobbing son Finlandia, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Bélgica, Portugal e Italia.  Mediante la destrucción de la identidad, el sabotaje o el aislamiento hacia una persona se pretende un objetivo claro: desembarazarse de ella – echarla o forzar su dimisión “voluntaria”-. Las causas pueden ser diversas y radican en la precariedad laboral y/o en las estructuras sociales que encontramos en empresas u organizaciones. Eso y los errores de gestión empresarial provocan estrés y frustración que desembocan en conflictos. El fenómeno no está ligado solamente a criterios económicos sino mucho más a la voluntad de la toma de poder. Las víctimas perciben mayoritariamente (50%) los celos profesionales y la envidia como los factores que explican la persecución a la que se ven sometidos. Ser envidiable, hacer sombra profesionalmente a alguien, ser diferente, aparecer vulnerable o simplemente tener éxito profesional, son factores que explican el hostigamiento por parte del acosador, que ve a su víctima como una gran amenaza.

“Un 10% de los casos acaba en suicidio”

Las consecuencias del mobbing pueden ser desastrosas para el trabajador. El que lo sufre, pasa interminables horas haciendo trabajos “extras”, tiene bajas, padece depresiones, incluso puede llegar al suicidio (un 10%). Tras el sentimiento de culpabilidad y la desestabilización emocional, las víctimas se sienten humilladas y empiezan a padecer dolores de cabeza, insomnio, ansiedad, vómitos, ataques de pánico..., hasta llegar al denominado “síndrome de estrés postraumático”. Si el mobbing no se diagnostica a tiempo, el conflicto finaliza con el despido o abandono voluntario del puesto de trabajo por parte de la víctima y, en alguna ocasión, el suicidio es la única salida que encuentra el acosado (el 15% de los suicidios en España tienen su causa en al acoso psicológico laboral). De esta forma, se llega a destruir la vida profesional y social del trabajador. “Mi jefe pasaba la mayor parte del tiempo metido en su oficina con un grupo de compañeros que lo elogiaba el día entero. Pensé que si no me sumaba a ese grupo de chupamedias no tenía nada que hacer allí. Creo que le molestaba que yo no lo alabara como el resto. Pronto, me separó del resto de mis compañeros y dejó de darme trabajo”. Peter, 37 años, ingeniero y especialista en marketing.

Familia y compañeros           

Dos personas protagonizan “el juego”: un acosador y una víctima, el acosado. El resto de trabajadores, testigos de la situación, no participa directamente pero su pasividad ante el conflicto contribuye a los efectos dañinos que padece su víctima. Según Inaki Piñuel, psicólogo del trabajo de la Universidad de Alcalá de Henares, los compañeros de la víctima desarrollan el denominado “error atribucional”, es decir, consideran que la víctima ha debido hacer algo para merecer los ataques aunque no haya prueba de ello. La mayor parte de los compañeros que presencian el mobbing no hacen nada por apoyar al colega acosado, sólo en 1 de cada 6 casos se ayuda a la víctima frente al hostigador. El motivo principal es el miedo.

Por otra parte, para Piñuel, las familias de estas personas son víctimas secundarias: “La víctima del acoso sufre alteraciones del sueño durante años, lo que supone un cansancio físico y emocional en el trabajo que genera un estado de irritabilidad extrema y que llega a afectar a su pareja, hijos y amigos. Todos los problemas que tenga el trabajador repercutirán en su círculo más próximo: su familia.” Con respecto a los perfiles del binomio acosado/acosador, Heinz Leymann, al que ya se ha hecho referencia al comienzo, distingue cinco tipos de conductas propias del acosador frente a su víctima: reduce las posibilidades de ésta de comunicarse con los demás, evita que tenga la posibilidad de mantener contactos sociales, desacredita o impide que la víctima mantenga su reputación personal o laboral, reduce su ocupación y lleva a cabo actividades que afectan a la salud física o psíquica de la misma. Para Iñaki Piñuel hay tres trastornos como causa del comportamiento del acosador: trastornos narcisistas de personalidad – ego exagerado, falta de autoestima, necesitan que le digan lo bueno y listos que son -, psicópata organizacional – el fin justifica los medios, carece de sentimiento de culpabilidad y no duda en cargarse a un competidor -, y trastornos paranoide de personalidad – cree que todos están en su contra y un empleado nuevo es un enemigo que puede quitarle el puesto -. La misión que persigue es destruir la resistencia psicológica de su contrincante para eliminarlo de su trabajo. En cuanto a sus características, el acosador es agresivo, cobarde, mentiroso, compulsivo y tiene gran capacidad de improvisación; es bastante mediocre profesionalmente y suele tener complejo de inferioridad.       

En cuanto al acosado, suele ser una persona poseedora de grandes valores éticos y solidarios de ayuda a los demás y un excesivo sentido de responsabilidad. Es honrado, recto, autónomo, con iniciativa, de alta capacidad profesional y popular entre sus compañeros. Pero hay que destacar que, la mayoría de estos profesionales no reacciona ante estos abusos, sólo 1 de cada 3 hace frente al hostigamiento (37%). “Cuando mi jefe comenzó a recriminarme por mi trabajo pensé que me lo merecía y que realmente lo estaba haciendo mal”. Miguel, 35 años.             

Para poder salir de esta situación, lo primero que hay que hacer es poner un nombre a lo que ocurre, el acosado debe saber lo que le está pasando y buscar aliados que puedan ayudarle (testigos, psicólogos, amigos). Heinz Leymann recomienda para salir del trance una buena forma física y mental, tener confianza en uno mismo para recuperara la autoestima, reclamar la consideración del entorno, no caer en provocaciones, buscar apoyo en la familia y los amigos, procurarse una estabilidad económica y, sobre todo, recurrir al apoyo psicológico.

“Hace falta regular jurídicamente el problema”

Hay dos formas de actuación frente al mobbing. La primera es la actuación correctiva: se trata de paliar los efectos negativos cuando hayan aparecido los síntomas de mobbing.  La segunda es la actuación preventiva: se actúa antes de que aparezca, se debe informar a directivos y mandos de la empresa para que sepan mediar en los conflictos entre el personal, los cuales pueden llevar al mobbing. Pero lo que podría acabar, o por lo menos reducir el problema, sería denunciarlo. José Luis Úriz Iglesias, víctima del mobbing, explica que se debe denunciar con nombres y apellidos al acosador a los sindicatos, a los partidos políticos, a la sociedad, a los compañeros y, principalmente, a los empresarios y directivos de la empresa a la que se pertenezca. Afirma que sólo así se puede tomar conciencia del problema.

La principal dificultad para poder abordar este problema es la falta de regulación laboral del fenómeno, que es necesaria para facilitar la defensa y no utilizar caminos experimentales. Los abogados, actualmente, pueden recurrir a tres vías distintas: el artículo 17 del Estatuto de Trabajadores sobre la no-discriminación; el artículo 54, para la extinción del contrato; o la más utilizada, el artículo 175 de la Ley Procesal Laboral, que alude a la violación de los derechos fundamentales. Pero la interpretación de los jueces de lo social es dispar porque no existe un tipo de ley concreta para el acoso moral; hay muy pocas sentencias que reconozcan exactamente la existencia del mobbing, concretamente 11.

Ante esta situación es necesario reglamentar específicamente este fenómeno.En España, se han creado recientemente numerosas organizaciones para ayudar a las víctimas del mobbing. La Asociación Española contra el Acoso Moral en el Trabajo nació en marzo de 2001. Su vicepresidenta, la doctora en Medicina y máster en Bioética, Carmen Sánchez Carazo, explica que su misión es “concienciar a la sociedad y a los poderes públicos sobre el acoso psicológico, el daño importantísimo que causa a sus víctimas y el tremendo gasto social que de él deriva, 24 millones de euros”. Con un propósito similar nació AVAL (Asociación Vasca contra el Acoso Laboral) en septiembre del año pasado. “Nuestros objetivos son de carácter social: damos cobertura social a las personas que han padecido o sufren mobbing; tratamos de sensibilizar a la población, a los agentes sociales y a las Administraciones de la necesidad de acabar con el acoso psicológico y, para ello, desarrollamos campañas de difusión”, defiende Blanca Ruiz de Olmo, enfermera y presidenta de la agrupación. Desde estas organizaciones, se recomiendan adoptar una serie de medidas preventivas como planificar y diseñar las relaciones sociales de la empresa, articular sistemas de presentación, acogida e integración de las personas recién incorporadas, contar con un sistema permanente de asistencia a los trabajadores o realizar terapias de grupo.Los partidos políticos y sindicatos están mostrando un interés creciente por el tema en toda Europa.

En Inglaterra y los países escandinavos hay una fuerte conciencia pública sobre este tema. Los gobiernos financian investigaciones al respecto y han establecido legislaciones antiacoso moral en el trabajo. Pero es necesario que estas medidas se extiendan a todos los países de la Unión. Para ello, se creó La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo (con sede en Dublín). Esta asociación pide a los Estados miembros, entre otros aspectos, que revisen la legislación vigente para establecer una legislación específica que reprima el acoso moral y además, recomienda que se obligue a las empresas a poner en práctica políticas de prevención eficaces que mejoren el conocimiento del problema y fomenten su investigación.             

Caso Ercros

Creada en 1989, Ercros es la heredera de las que eran en ese momento las dos principales empresas químicas privadas españolas: Unión Explosivos Río Tinto (UER) y S.A. Cros. Ercros es un grupo dedicado a la fabricación y al comercio de productos básicos para las industrias química, farmacéutica, veterinaria, agroquímica y de alimentación animal, así como a la explotación minera. Su capital social es de 84,21 millones de euros y sus acciones cotizan en el mercado continuo de las bolsas de Barcelona, Bilbao, Madrid y Valencia. La plantilla de la compañía, integrada por un millar de personas, se distribuye en ocho centros de producción. Con un volumen de producción de unos dos millones de toneladas anuales, Ercros factura en torno a los 280 millones de euros al año. Sus productos llegan a 1.500 clientes y están presentes en más de 70 países.            

En 1988 la asociación Unión Explosivos de Río Tinto (UER), embrión de Ercros, captó a través de la empresa FF Investment más de 12 millones de € para financiar una planta industrial en Huelva. En diciembre de 1989, el grupo Ercros, ya constituido a través de la unión de UER y S.A. Cros, escindió su actividad petrolera en Ertoil, que en teoría asumió todos los activos de la antigua actividad de petróleos, así como sus deudas. Sin embargo, la deuda contraída con los antiguos inversores de la UER no pasó a Ertoil; se quedó en Ercros. Como consecuencia, en 1992 ésta suspendió pagos y los inversores vieron cómo desaparecía la posibilidad de recuperar el dinero aportado. Éste hubiera sido el principal problema de la empresa si no se hubiera destapado un escándalo financiero en la misma. Al parecer, se cometieron irregularidades en la venta de Ertoil a CEPSA en 1991. El fiscal del “caso Ercros”, Bartolomé Vargas, señala que se cometieron tres presuntos delitos: alzamiento de bienes, apropiación indebida y delito fiscal. A continuación se detallará el proceso de venta de Ertoil hasta llegar a ser propiedad de CEPSA. 

1. - La venta.La operación se fragua en 1991. La compañía química Ercros realiza la venta, supuestamente fraudulenta, de su filial Ertoil a la petrolera francesa Elf a través de la sociedad luxemburguesa GMH (General Mediterranean Holding). GMH actuó como tapadera de Elf en la operación para obtener el visto bueno de Bruselas y eludir el pago de impuestos. La petrolera francesa se reservó una opción de compra sobre Ertoil pero el Ministerio de Industria vetó la operación. Al final, CEPSA – también afiliada a Elf- compra Ertoil y paga 249 millones de euros (41.400 millones de pesetas) a GMH y 19,7 millones de euros (3.200 millones de pesetas) a la propia Elf, que consigue así sortear el veto y lograr su objetivo: hacerse con Ertoil. Según el fiscal Bartolomé Vargas, el proceso de venta se desarrolló de la siguiente manera:

1. - Ercros (con el Director de la empresa en este momento, Javier de la Rosa, al frente) vende Ertoil por 260 millones de € (43.000 millones de pesetas) a GMH (9-01-91).2. - Elf realiza una opción de compra a GMH por Ertoil (10-01-91). Elf paga más de 58 millones de € a GMH por su papel intermediario.3. - Josep Piqué, en este momento Director de Estrategia de Ercros, consejero y miembro de la comisión ejecutiva y actual ministro de Ciencia y Tecnología, formaliza el protocolo de venta con rebaja de precio: GMH paga a Ercros 249 millones de € (de los 260 de un principio) por Ertoil (18-07-91). Se distribuye el dinero pagado por GMH, de manera que 120 millones de € se reparten entre el Grupo Torras (propiedad de De la Rosa), De la Rosa y otros empresarios sin identificar.4. - CEPSA, compañía participada por Elf, compra Ertoil a GMH. Paga 249 millones de € a GMH y casi 20 millones a Elf (27-09-91). 

De todo este entramado financiero, el fiscal Vargas apreció un posible alzamiento de bienes cuando, tras declararse Ercros en suspensión de pagos en 1992, se sacan activos de la compañía para depositarlo en compañías afines a los directivos de Ercros. Además, existen alrededor de 60 millones de € que se utilizaron en concepto de comisiones. Los más de 60 millones que fueron abonados por los auténticos compradores, Elf y CEPSA, no llegaron al vendedor, Ercros, sino que fueron repartidos en beneficio de GMH (58 millones) y De la Rosa. Esta cantidad era, en principio, para abonar el pago de Ertoil. Otro delito es el de apropiación indebida. No se sabe quiénes fueron todos los destinatarios de 120 millones de € (de los 249 m. de € pagados por GMH); esta cantidad formaba parte del precio anticipado por crédito bancario de la venta de Ertoil y fue desviada en beneficio del Grupo Torras entre otros y con perjuicio de los accionistas de Ercros y los acreedores.

Por qué la venta de Ertoil se hizo a través de una sociedad interpuesta, por qué Elf se hizo con una opción de compra sobre Ertoil, y por qué, finalmente, CEPSA –afiliada a Elf- fue la que pagó 249 millones de € a GMH y cerca de 20 millones a la propia Elf son las primeras incógnitas. Conocer el destino de parte del dinero de la venta y qué particulares cobraron comisiones por la operación son importantes interrogantes.   

 

    PAGA          A

 

     OBTIENE             DE

                       GMH 

  249 m.€          Ercros

     58 m. €                  Elf     +  249 m. €                Cepsa            Total = 307 m. € 
 

                         ELF

      58 m. €           GMH  

  19,7 m.€               Cepsa

   

                      CEPSA

  249 m. €           GMH    + 19,7 m. €           Elf          Total = 268,7 m. €  
      DE LA ROSA Y OTROS  

               DE LA ROSA

  

120 m. €      Indirectamente-

                         Cepsa (de

                        los 249 m. €)

 

  2 m. €           Elf y Cepsa

 
 
              COMISIONES 

58 m. € a GMH + 2 m. € a De la Rosa

 
 

           Total = 60 m. €

     INVERSIÓN EN LA UER 

8 m. € de inversores particulares + 4 m. € de empresas + 500.000 € en intereses

 
  

     Total = 12 m. y medio €

   

2. - Las deudas y la suspensión de pagos. A pesar de que ha saltado a los medios de comunicación recientemente, desde 1988 se fue gestando el hoy conocido como “caso Ercros”. En este año se llevaron a cabo diferentes inversiones en una de las plantas de la localidad de La Rábida (Huelva) por la división de petróleos de la empresa Unión Explosivos Río Tinto (UER). Para lograr este objetivo, ésta consiguió financiación por una cantidad aproximada de 12 millones de € a los que, sumado a los intereses aplazados durante 4 años hacían un total de casi 12 millones y medio. El intermediario que se hizo cargo de obtener los fondos fue la sociedad Fouria Franco Investment Corporation (FF) administrada por Miguel Ángel Fouria Franco. Éste logró la mayor parte de los fondos entre diversos inversores particulares, especialmente barceloneses, que se convirtieron así en los verdaderos acreedores de UER. FF Investment actuó como una simple sociedad instrumental y su intervención sólo sirvió para que no se identifique a los verdaderos inversores; se hizo así porque supuestamente el dinero era fiscalmente opaco.

El 30 de Junio de 1989, Javier de la Rosa se hace con las riendas de UER fusionándola con la química catalana Cros, la cual ya controlaba. Así nace la empresa Ercros. En ese momento, Piqué ya formaba parte del equipo directivo del grupo. En Diciembre de este mismo año, De la Rosa decidió dividir la empresa. Todas las divisiones relacionadas con las actividades petrolíferas quedaron agrupadas en la empresa Ertoil. De esta forma, Ertoil asumió todos los activos en ese sector y, en teoría, todas las deudas. Pero en realidad, las deudas se quedaron en Ercros, incluida la deuda con FF. Dos años después, en Julio de 1991, De la Rosa vende la petrolera Ertoil a la sociedad luxemburguesa GMH por 249 millones de € (eran 260 en principio) para pasar finalmente a ser propiedad de CEPSA por la misma cantidad. Su precio habría sido menor si se hubiera tenido en cuenta la deuda de los 12 y medio de la inversión en La Rábida. El inicio del problema se produce al año siguiente cuando el Grupo Ercros, dirigido por De la Rosa, y su filial Ertoil entran en una gran crisis. Ercros se desploma bajo el peso de unas deudas insostenibles –mayoritariamente derivadas de Ertoil-. En Mayo de 1992, la empresa había atendido pagos de la deuda que debería haber asumido Ertoil por un importe de medio millón de euros. Como consecuencia de todo esto, Ercros suspende pagos en Julio de este año. Es aquí, cuando se produce la suspensión de pagos, el momento en el que se lleva a cabo el supuesto alzamiento de bienes (cuando Piqué era el consejero delegado) al que se ha hecho mención anteriormente. Tras anunciar esta suspensión, Ercros presenta en los juzgados una lista de acreedores, los que se habían quedado sin cobrar, donde se incluía a FF como primer acreedor de Ercros. En esta lista, se incluyó una deuda de 10 millones y medio de euros que no era de esta empresa, sino de la otra filial que había suspendido pagos en 1993, Ertoil. Todo esto supuso un grave perjuicio para los accionistas de Ercros.

En 1992, esta compañía protagonizó la suspensión de pagos más abultada de la historia económica española con 1.295 millones de € de deuda. En este momento, el presidente de esta empresa era Piqué. Entre los más de cincuenta afectados, se encuentran las empresas Arte S.A., Ribersol y Aseinver S.A., que invirtieron en 1988 un total de 4 millones de euros, sobre los 12 millones del total, en la UER. De esta inversión articulada por FF, sólo pudieron recuperar 500.000 euros. Estos inversores aseguran que tras la fusión de UER, ésta se descapitalizó. A esto hay que unir la suspensión de pagos de 1992 y 1993 y como resultado, los inversores no recuperaron la mayor parte de la cantidad invertida.

A partir de este momento, la compañía se va desestructurando poco a poco hasta que en 1996 el grupo se reduce prácticamente a las compañías Erkimia y a una participación del 20% de Fesa. En Noviembre de 1998, Ercros cierra un acuerdo con la Administración para liquidar sus deudas con la Seguridad Social y con Hacienda (más de 48 millones de €) y para rescatar un crédito concedido por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos aprobó la petición de Ercros de “rescatar” el préstamo de más de 50 millones de € concedido por el ICO en 1994, a cambio de 6 millones y medio. Este acuerdo también incluía la venta al ICO de terrenos que estaban hipotecados en 30 millones de euros. El acta de este acuerdo fue rubricada por Josep Piqué, Javier Arenas y Rodrigo Rato.  

3. - Los protagonistas. Dos son los nombres que más han sonado con relación a este caso: Josep Piqué y Javier de la Rosa. De la Rosa es el creador de la empresa Ercros en 1989 y según el fiscal del caso, uno de los principales beneficiarios de la venta de Ertoil. La participación de Piqué no fue menos activa. Fue el creador de la estrategia corporativa de Ercros, estuvo en el núcleo de dirección que adoptó las decisiones de venta, participó en la venta de Ertoil y la protocolizó negociándose una rebaja en el precio final, y tras la salida de Ercros de sus principales dirigentes, fue designado consejero delegado y luego presidente. Pero a pesar de que Piqué fue el encargado de hacer público el acuerdo de venta y tras admitir el 25 de febrero de 2000 que la legalizó ante notario, su imputación en el caso no está nada clara.           

Bartolomé Vargas, el fiscal del Tribunal Supremo del “caso Ercros”, propuso dos veces imputar a Josep Piqué, en este momento ministro portavoz del Gobierno, alegando que había encontrado indicios contra éste, pero fue relevado y trasladado forzosamente a otra sección por orden del Fiscal General del Estado, Jesús Cardenal. Además, este último ordenó al Fiscal Jefe de anticorrupción, Carlos Jiménez Villarejo, a consultar con él cualquier decisión relacionada con el ministro Piqué. Todo esto tuvo como objetivo evitar que el ministro acudiera al Tribunal Supremo a declarar y como consecuencia, se paralizó la evolución del caso.            

El Gobierno de José Mª Aznar se vio salpicado por este caso. El consejero delegado de Ercros, la empresa que está siendo investigada por presuntos delitos fiscales, era en el momento del supuesto fraude Josep Piqué, actual ministro de Ciencia y Tecnología. La decisión del Fiscal General del Estado de relevar al fiscal que llevaba el caso levantó “ampollas” entre la clase judicial y política. Finalmente, se decidió que no había indicios de participación por parte del ministro. El caso fue devuelto al Tribunal de Barcelona de donde partió la investigación.            

El caso sigue abierto. La investigación del caso se centra ahora en cuatro puntos clave: 1. - Identificar a los inversores perjudicados, ofreciéndoles la posibilidad de ejercer acciones contra los responsables. 2. - Tomar declaración a todos los consejeros y directivos de Ercros desde la constitución de la empresa (menos a Piqué).

3. - Tomar declaración a los consejeros de la petrolera Ertoil.

4. - Reunir todos los datos de la suspensión de pagos de Ercros así como los datos de la venta. 

Tres tribunales ya se han pronunciado sobre la existencia de indicios de delito aunque sin imputaciones concretas por el momento a los responsables. Se trata del juzgado de instrucción número 19 de Madrid, que inició un procedimiento por estafa; de la Audiencia de Madrid, que afirmó que existió alzamiento de bienes; y de la Audiencia de Barcelona, que ordenó la instrucción. Hoy en día, después de más de una década, el caso sigue sin solución.

La diferencia histórica

“¿ Qué somos?, ¿cómo somos?, ¿cómo nos ven los demás?”. Todos tenemos una etiqueta que nos identifica. Cada persona tiene un rol o papel social, incluso puede desempeñar más de uno o adoptar otros diferentes a los atribuidos. Estos roles entran en conflicto por diferentes aspectos: status o posición social, intereses, prenociones, visiones de los demás, prepotencia... Según el papel que cada persona desempeña en la sociedad, tiene unos intereses, juicios de los demás o actuaciones diferentes a los de otras personas. Por esto, surge el mencionado conflicto y de éste deriva la marginación y la discriminación. Aquellas personas que son rechazadas se rebelan contra lo establecido para reivindicar su sitio en la sociedad.

Así, podemos hablar de identidades heréticas. El hereje, en cuestiones religiosas, es aquel que no acepta una determinada religión, se rebela y cuestiona la estructura de poder establecida. Se plantea su propia identidad frente a la estructura social dominante. Ese enfrentamiento puede significar una amenaza para su propia existencia, exponerse a su expulsión del grupo social. Todo esto ocurre porque existe una jerarquía en la sociedad; hay numerosas identidades y algunas tienen supremacía sobre otras. La estructura social está organizada según un centro y una periferia, o lo que es lo mismo, existe una ortodoxia frente a una heterodoxia. En esta periferia se encontrarían grupos sociales como la mujer. Mediante la integración, “la mujer deja de ser mujer” y se convierte en “lo similar” y “lo parecido”. Aquellas personas que se encuentran en esa periferia tienen que obedecer y acatar órdenes de personas que se creen superiores. Por esto, los que están sometidos quieren evadirse, ser libres, renunciar a todo lo que tienen  anteriormente. Prefieren quedarse sin nada de lo que poseen en esa situación de sometimiento y dejar de estar subordinados a personas que no lo merecen; consiguen así una parcela de libertad.

Centrándonos en la mujer, sabemos que históricamente la mujer ha tenido un papel nulo en la sociedad. Los logros obtenidos se han conseguido muy tarde (voto, independencia...). La lucha de la mujer por sus derechos ha resultado muy difícil; ha sido discriminada y no tenía igualdad con respecto al hombre. Hoy día los logros son notables pero todavía la mujer debe integrarse en algunos aspectos de la sociedad (en el plano político por ejemplo). La mujer, en el fondo, sigue siendo una identidad hereje.

A lo largo de la historia, el concepto de diferencia se ha empleado de una manera negativa, divisoria, creando posiciones dualistas y subcategorías. La noción de diferencia siempre estuvo vinculada a las relaciones de poder y por esto, se sustentó en relaciones de dominación y exclusión. Ser “diferente de” era sinónimo de ser “menos que” o “valer menos que” (inferioridad). La mujer siempre ha sido considerada como “lo diferente” o “lo otro” frente al hombre, que era lo natural y lo universal. Así se produce una división entre hombres y no- hombres, dando lugar a una jerarquía en la que lo que se considera superior, el hombre, tiene el poder y domina a lo inferior, la mujer. La dominación y la jerarquía era algo intrínseco al hombre y por lo tanto inevitable. El concepto de diferencia era sinónimo de inferioridad.

Nos podemos remontar a la antigüedad clásica para encontrar esta concepción de la mujer. La subjetividad era algo exclusivo del hombre, no tenía ninguna relación con la mujer. Actualmente se busca una subjetividad que vaya más allá del género, una subjetividad nueva sexualmente indiferenciada. Para entender mejor esta idea, es esencial saber a lo que nos referimos cuando hablamos de subjetividad. Ésta se define como el modo de pensar, sentir, actuar, de ser... que caracteriza a cada sujeto o cada grupo de sujetos. No se tenía en consideración la manera de ver el mundo y de enfrentarse a él de la mujer, ya que ésta simplemente no se consideraba sujeto.Esta actitud del hombre (y de algunas mujeres) se denominó con el paso del tiempo machismo. Por machismo se entiende la actitud y comportamiento de las personas que consideran el hombre superior a la mujer. Frente a la forma discriminatoria de pensar del hombre, la mujer tomó conciencia y en el s. XVIII se inició un movimiento social que reivindicaba para la mujer la plena igualdad con el hombre en terrero jurídico, político y económico. Este movimiento se denominó feminismo.

Hay que destacar que, desde sus inicios, las feministas se dividieron en dos grandes corrientes: las que se inspiraban en la diferencia (sexual) y las que se basaban en las teorías del género. La diferencia entre los dos bandos era fundamentalmente conceptual:

· Defensoras de la diferencia sexual como punto de partida: el sexo se entiende, en este contexto, como la condición orgánica que distingue el macho de la hembra. Estas feministas afirman que esta concepción la utiliza el hombre de forma negativa dando lugar al sexismo, corriente que valora a las personas según su sexo (discriminando a la mujer por considerarlo el sexo débil).

· Defensoras de la noción de género como punto de partida: género se define como un conjunto de cosas semejantes entre sí por tener caracteres esencialmente comunes. Así, de acuerdo a determinadas características se diferencian a las personas. Este otro grupo de feministas, argumentan que los hombres consideran inferiores las características de las mujeres frente a la de los hombres y se basan en esto para hacer distinciones entre géneros poniendo en un escalón superior al hombre (incluso se llegó a considerar que sólo existía un género, el género masculino). 

A pesar de estas diferencias, todas las feministas buscaban la igualdad para la mujer, su reconocimiento en la sociedad y la redefinición de su subjetividad y de su identidad. Logrando estos objetivos, la mujer dejaría de ser un sujeto nómade, es decir un sujeto sin lugar fijo en la sociedad, sin una situación reconocida en ella (no considerando la periferia como un lugar en la sociedad, sería la “no- sociedad”). Si encuentra su sitio en la estructura social, consigue a su vez definir su identidad. Es decir, definir las características que configuren su personalidad, “lo que es”.

Para conseguir ese reconocimiento como sujeto, es necesario seguir una serie de pautas (de las que se hablará posteriormente) y acabar con ciertos mitos. Algunos de estos mitos es la identificación del género con la masculinidad, es decir asociar el género a los hombres. De este modo, las mujeres quedaban relegadas a un segundo plano y estaban subordinadas al hombre; sólo existía el varón, y lo que no sea hombre no es mujer sino “no- hombre”. Tomando como punto de referencia esta idea o concepción de género, se explica la construcción social y las diferencias entre sexos. La sociedad ha estado organizada según esta concepción del hombre y de la mujer. Es decir, esta forma binaria de pensar se ha reflejado en las relaciones de poder, en el conocimiento etc., en todos los elementos que forman la estructura social. Un ejemplo claro de esto es la organización patriarcal, donde los padres dejaban su herencia al hijo mayor y si el mayor era hija, pasaba al varón de más edad. La estructuración de la sociedad se ha basado históricamente en el dualismo hombre/mujer, donde el hombre representaba lo común, lo universal y la mujer la alteridad. Este dualismo da primacía al hombre, que se encuentra en lo más alto de la jerarquía social.

Otro de los mitos habituales es el de unir la noción de género con el sexo; existen otras variables que también pueden configurar al género como la clase, la raza, la edad... En este error, el de no tener en cuenta todas las variables posibles, han caído también las feministas al relacionar el feminismo con la mujer blanca discriminando a las de raza negra. Hoy, existe una nueva subjetividad femenina multicultural y se consideran aspectos como la raza, la clase o la edad, citados anteriormente, a la hora de configurar su identidad. Cuatro son las ideas que se deben tener en cuenta a la hora de analizar el papel de la mujer en la sociedad:

- Criticar la significación etnocéntrica y unívoca del término género monopolizado por el hombre.

- Conseguir una subjetividad y una identidad propias de la mujer que le permitan acceder al poder (el hombre ya tiene identidad y subjetividad y por eso el poder se reserva exclusivamente a él).

- Uno de los objetivos básicos del feminismo será averiguar el destino social de la mujer sin tener en cuenta la idea tradicional de la “supremacía natural del hombre”.

- Es fundamental para el reconocimiento de la mujer, la configuración de su identidad considerándola como sujeto femenino, otro soberano, no-excluyente.                                               

Para conseguir ese reconocimiento social y que se le considere como un sujeto histórico más se deben seguir varios procesos, que derivan de todo lo expuesto anteriormente, que se explicarán brevemente y se desarrollarán posteriormente  y que servirán para enlazar con la segunda parte de este ensayo. Las fases son las siguientes:

 1. - Experiencia de discriminación: la mujer históricamente ha estado subordinada al hombre. Se debe tomar conciencia de desigualdad para enfrentarse al problema. 2. - Reconocimiento de otros iguales: cada mujer debe saber que hay más mujeres en su misma situación. Se deben unir sin tener en cuenta las diferencias entre ellas y tomar como base en sus características comunes. 3. - Lucha por el reconocimiento: la mujer debe pensar que es igual al hombre, tiene que estar convencida de que no es inferior a nadie. Es algo más que un “no- hombre”. 4. - Reivindicación de autonomía y universalidad: esta fase deriva de la anterior. Una vez que las  mujeres se convencen de que no son “lo otro”, pasan a reivindicar sus derechos. Piden una parcela de libertad y que se les reconozca como un parte más de la sociedad. 

2. - DESARROLLO.

A lo largo de la historia, la mujer ha luchado por hacerse un hueco en la sociedad. Siempre ha estado en un segundo plano con respecto al hombre; se consideraba que era inferior por naturaleza y debía estar subordinada a alguien superior a ella. Desde los antiguos filósofos, como Aristóteles, ya se encontraba marginada y era dominada por el varón. Los derechos de la mujer no existían, la igualdad era algo impensable para ellas. Estas ideas estaban tan arraigadas en la sociedad, que incluso las propias mujeres se consideraban inferiores y no se les ocurría quejarse ante la autoridad del sexo contrario. Esa actitud machista ha sido combatida por las  mujeres desde que tomaron conciencia del problema y se dieron cuenta de que tenían los mismos derechos que los hombres.          

 Se empezaba a pensar que podían estudiar, llegar a ocupar un cargo de prestigio social, no limitarse a las tareas del hogar, tener su independencia, ser reconocida por el resto de la sociedad, tener libertad para expresarse, no acatar órdenes de otros... (derechos que hoy nos parecen normales). Es decir, estaban surgiendo nuevas ideas progresistas que estaban encaminadas a conseguir la igualdad entren hombres y mujeres. Desde luego, los avances que se han conseguido han sido notables pero tardíos, como el derecho a voto, desempeñar los mismos trabajos que el hombre (aunque no todos) o su parte de independencia. Pero hay que destacar que todos estos logros se han conseguido mayoritariamente en las sociedades occidentales. En numerosas culturas, la mujer, hoy en día, sigue estando subordinada al hombre y discriminada socialmente. Hay lugares donde la mujer no puede conducir, llevar pantalones, votar, expresar su opinión, participar en la política, incluso en ciertas zonas deben llevar el rostro cubierto. Son culturas que se basan todavía en la inferioridad de la mujer como creencia básica para organizar la sociedad.           

 ¿Es posible cambiar esto?. Sería muy difícil, y se lograría siempre y cuando las nuevas ideas penetren en estos pueblos, se tome conciencia del problema y las propias mujeres se convenzan de que son iguales que los hombres. Pero como se ha dicho, son ideas muy arraigadas en esas culturas y conseguir la igualdad para la mujer se convierte en una tarea larga y ardua.           

Por otra parte, cabe plantearse si en esas sociedades llamadas occidentales y supuestamente más avanzadas en estos temas, la mujer sigue siendo una identidad hereje, si sigue estando en la periferia de la sociedad. Es cierto que, con respecto a las sociedades descritas anteriormente, los occidentales están bastante más avanzados. La mayoría de los sistemas políticos reconocen la igualdad entre hombres y mujeres y reconocen sus derechos como tales. Pero esto es en teoría, en la práctica las cosas son diferentes. A pesar de este reconocimiento legal, hay muchos trabajos en los que existe la supremacía del hombre, es decir, sigue habiendo “trabajos de hombres” y “trabajos de mujeres”. Por ejemplo, hay muy pocas mujeres- bombero y muy pocos hombres que trabajen en una mercería. Los puestos de mayor prestigio siguen estando reservados al hombre (como en política).           

Por otra parte, también existe una “cultura del hombre” y una “cultura de la mujer”. Es muy difícil ver a una mujer arreglando un coche y a un hombre cosiendo un botón. Son tareas que se asocian a uno u otro sexo. Desde niños, se educa según su sexo: los niños juegan con camiones y las niñas con muñecas. Esto, con el paso del tiempo, configura en las personas su identidad.            

Como conclusión de todo esto, se puede señalar que la mujer ha conseguido avances importantes en su lucha por la igualdad (a pesar de lograrse con retraso). Pero aún en la sociedad, que se define como moderna y progresista, se otorga una superioridad al hombre (aunque sea de forma inconsciente), cuando se busca trabajo por ejemplo, y los papeles y las tareas siguen estando definidos. Si la mujer no ha tenido mayor protagonismo a lo largo de la historia ha sido porque no se le ha dado la oportunidad. Existe, por tanto, una igualdad aparente, pero en realidad todavía queda un largo camino para que esa igualdad no sea sólo aparente y se transforme en hechos. Las mujeres, para conseguir los logros marcados (como el derecho a la libre expresión de sus pensamientos), han tenido que superar barreras y seguir un largo proceso. Este proceso se compone de una serie de factores y pautas a seguir. Estas pautas se han realizado y se deberán seguir poniendo en práctica, para llegar a una sociedad sin marginación donde la mujer esté totalmente integrada en la sociedad. A continuación, se desarrollarán las cuatro grandes fases del mencionado proceso para conseguir la identificación de la mujer como sujeto histórico. La mujer, para conseguir su libertad e independencia y lograr definir su identidad, debe pasar por una serie de etapas relacionadas entre sí.La primera pauta a seguir sería, tener en cuenta su experiencia de discriminación.

Cada mujer debe ser consciente de que históricamente ha habido un claro dualismo hombre/mujer: el hombre se identificaba con lo universal, lo único y la mujer con “lo otro” y estaba desvalorizada. Ella se encontraba fuera de lo universal (el hombre). Sólo existía un sujeto, el varón, que tenía como tal, una identidad y una subjetividad. La mujer al no considerarse como sujeto, no tenía identidad. Además, el origen del hombre no se relacionaba “con lo corporal”, sino como fruto de la naturaleza, dotado de conciencia y racionalidad. Por otra parte, el origen de la mujer es “corporal”, no es consciente y carece de racionalidad. Por esto, es controlada por lo superior ya que no puede autorregularse. Al ser considerada únicamente como un cuerpo, se le trata como un objeto y es explotada.Las mujeres deben tener en cuenta esta concepción histórica de la mujer para saber qué tienen que cambiar y cómo lo deben hacer. Al analizar su situación histórica, sabrán que el principal objetivo es conseguir la igualdad, alcanzar la subjetividad igual que el hombre (tanto a nivel general como a nivel particular) y acabar con la diferencia sexual como base de la organización de la estructura social. A lo largo de la historia, el papel de la mujer en política ha sido prácticamente nulo. Un ejemplo claro sería la sociedad industrial, que era fundamentalmente un mundo masculino donde la pobreza se relacionaba con la mujer. Por tanto, ésta no podía aspirar a nada en la vida. Incluso personajes ilustres de la historia desvalorizaban a la mujer. Mr. John Langdon Davies pensaba que “cuando los niños dejen por completo de ser deseables, las mujeres dejarán del todo de ser necesarias”. Napoleón o Mussolini creían que “las mujeres son intelectual, moral y físicamente inferiores a los hombres”. La visión histórica de la mujer se reduce a una palabra: machismo. Ejemplos como éstos deben tenerse en cuenta para valorar la situación de la mujer y para tratar de cambiarla. Esta mirada atrás debe servir para que cada mujer tome conciencia del problema (la desigualdad) y recuerde su función en la sociedad, que la tiene, y sus posibilidades.

Por otra parte, esa vuelta atrás en el tiempo también debe servir para conocer los logros conseguidos y que esto motive a nuevas generaciones a seguir luchando por sus derechos y así, escribir la historia de otra forma.A la mujer le han faltado las oportunidades, la preparación, el estímulo, el tiempo e incluso el dinero necesarios para luchar y hacerse escuchar. Pero poco a poco se han conseguido objetivos importantes como la formación universitaria o la posesión de sus propios bienes (logros que muchos consideran privilegios cuando son derechos naturales para todas las personas).Hoy día, a pesar de las motivaciones y el afán de cambiar el curso de la historia, muchas mujeres tienen miedo, un miedo que esconde toda la discriminación y la marginación de tiempos pasados. Se tiene miedo a ser libres, a las reacciones de la sociedad, a que aumente el rechazo. Incluso se tienen dudas acerca de sus propias posibilidades porque han sido muchos años de desigualdad y represión.Pero todo esto no debe servir para que aumenten los temores sino para querer cambiar la realidad. Cada mujer tiene que tener el valor necesario y decidirse a luchar por algo que le corresponde por naturaleza y del que ha sido privada.“Si nosotras no nos preparamos, no nos esforzamos, si no estamos decididas para luchar por nuestros derechos, ¿quién lo hará?. Nadie.”. 

Una vez que la mujer recupera la historia y utiliza su propia experiencia para comprender el problema, debe tomar conciencia de que no está sola. Hay más mujeres en su misma situación. Entonces entramos en una nueva etapa: el reconocimiento de otros iguales. Las mujeres son duras con las mujeres, a las mujeres no les gustan las mujeres, pero ¿no están todas en el mismo “bando”?. Todas luchan por un mismo objetivo: la igualdad. Cada mujer debe saber que no está sola en la lucha por su reconocimiento social. Por esto, se deben unir para formar un único cuerpo sin importar las diferencias entre ellas. Lo más importante es lograr algo que les beneficiará a todas y pasar por alto esas diferencias que existen entre ellas.Por otra parte, estas diferencias no se deben tener en cuenta a la hora de unirse, pero sí cuando logren conseguir definir su identidad y su subjetividad. Se hablaba con anterioridad de lograr una subjetividad general y una subjetividad particular. A esto nos referimos ahora. Se pretende lograr una identidad que defina a la mujer, pero dentro de esa identidad colectiva hay más identidades concretas que corresponden a cada mujer en particular.Todas las mujeres tienen un mismo objetivo, pero cada una de ellas tiene su propia experiencia, intereses o motivaciones. Estas características individuales pueden aportar nuevas ideas al grupo. Todo esto viene a decir que las mujeres no deben separase y discriminarse entre sí por su raza, edad, clase etc., ya que por encima de todo eso está un objetivo común. Una vez que las mujeres se toleran unas a otras, se unen y se hacen fuertes, deben tratar de cambiar los valores atribuidos históricamente al sexo femenino. Cuando se llega a un consenso y se deciden a actuar surgen movimientos como el feminismo. Pero ese consenso no significa que todas las mujeres sean iguales, como ya se ha explicado anteriormente.

Al igual que las mujeres entre sí reconocen sus diferencias, que no deben servir para separarse, también deben ser reconocidas por el resto de la sociedad. Es decir, que las mujeres se unan entre sí no quiere decir que todas tengan las mismas características.Al hablar de reconocimiento de otros iguales, podemos referirnos a dos ideas: el reconocimiento de más individuos en su misma situación, que es la idea desarrollada anteriormente, o bien de otros grupos o colectivos. Esto se explica de la siguiente manera: cada mujer reconoce que hay más mujeres con el mismo problema, la discriminación,  y a la vez sabe que hay otros grupos que también lo sufren, por ejemplo los hombres de raza negra o los homosexuales. Esto beneficiará la ayuda y la cooperación entre los distintos colectivos.Todo esto lo reflejaba a la perfección Simone de Beauvoir. Señalaba que “ya no se sabe a ciencia cierta si aún existen mujeres, si existirán siempre, qué lugar ocupan en el mundo, qué lugar deberían ocupar. ¿ Dónde están las mujeres?”. Con esta última pregunta Beauvoir parecía decir: “salid de donde quiera que estéis, sed mujeres, seguid siendo mujeres, convertíos en mujeres”.  Cuando todas las mujeres se convierten en una, empieza la lucha por sus derechos, por conseguir su identidad, por ser independientes, en definitiva, luchar por el reconocimiento.

 El punto de partida es reconocer la situación y después actuar para cambiar. La mujer debe dejar de ser algo abstracto para convertirse en una representación real, con su propia identidad. La lucha incesante por acabar con el sentido histórico de la noción de mujer supone superar los conceptos establecidos. Todo comienza por criticar lo dominante, el hombre como sujeto universal, y reelaborar el concepto de mujer asociado a la inferioridad. De esta forma, comienza la corporización del sujeto femenino.

Rosi Braidotti señalaba tres aspectos fundamentales que configuran la identidad para que sea reconocida y aceptada por los demás:

·        Aspecto relacional: establecer vínculos con otras personas y grupos aceptando e incorporando sus intereses y creencias.

·        Aspecto retrospectivo: servirse de los propios recuerdos y experiencias.

·        Estudio de la historia: tener en cuenta las sucesiones y las diferentes etapas por las que un grupo o movimiento, con el que se tiene algún tipo de relación, han pasado a lo largo de la historia.

La corporización de un sujeto como sujeto histórico, supone conseguir una identidad que lo defina. Esa identidad será conocida por el resto de los miembros de una sociedad (reconocimiento social). Ese reconocimiento social de la mujer supone, entre otras cosas, reconocer su libertad, igualdad en temas de justicia y la capacidad de autorrealización y, por otra parte, superar el dualismo discriminatorio varón/hembra. Para que la mujer se integre en la sociedad como un sujeto más, debe empezar a ser considerada como algo más que “el otro sexo”, es decir, dejar de contestar a la pregunta de qué es la mujer desde el punto de vista masculino. La mujer se debe definir por sí sola y no en relación con el hombre, ya que de este modo está determinada por él. Esta determinación por parte del varón, supone una consideración negativa de la mujer: la mujer es lo otro, es un ser sexuado, simplemente “no es hombre”. Cuando el hombre empiece a pensar en la mujer como un sujeto más, con independencia y autodeterminación, el camino de la integración y la igualdad estará más cerca. Para lograrlo, la unión y la lucha, el auge del feminismo, son esenciales. En el momento en el que la mujer sea reconocida como semejante, podrá incorporarse en igualdad de condiciones al grupo social. Pero esto no significa que desde un principio realice las mismas actividades y desempeñe las mismas tares que el hombre. Después de la lucha por el reconocimiento, comienza una nueva lucha por la integración y la igualdad, como se ha citado con anterioridad. Es decir, comienza una nueva fase, la fase de reivindicación de autonomía y universalidad.

Podemos hablar aquí, de la desaparición del sujeto feminista, el que lucha por acabar con la concepción del hombre para referirse a los seres humanos, como sujeto nómade (según Braidotti). Esto viene a decir que, una vez que el hombre acepta a la mujer como igual, ésta encuentre su sitio en la sociedad. En ésta, debe buscar su papel, sus tareas, sus ocupaciones propias. Cuando hablamos de reivindicación de autonomía y universalidad, podemos referirnos a dos aspectos: por una parte, a la autonomía y universalidad de su identidad, y por otra, a la independencia y la autonomía en la sociedad en cuanto a las tareas, trabajos, papeles etc., comentados antes.

Si nos referimos a la identidad, hacemos referencia a la aceptación y reconocimiento por parte del resto de los componentes de un grupo social, de unas características propias de la mujer en cuanto a formas de ser, pensar y actuar. Con esa identidad, se reconocerá a la mujer, dándole el carácter de universal (aunque luego cada mujer en particular tenga su propia identidad, es decir sus propias características individuales al igual que el hombre). Si nos referimos al papel de la mujer en la sociedad, hablamos de reconocerle una posición con las tareas correspondientes. Es decir, que tenga su propio sitio dentro de la estructura social con independencia del hombre. O lo que es lo mismo, llevar a la práctica la igualdad y la libertad reconocidas a la mujer. De esta forma, logrará su autonomía:  pensar por sí misma, votar según sus ideales, trabajar siguiendo sus propias normas...

De esta manera, la mujer se irá incorporando a trabajos y lugares reservados al hombre: empezará a participar en la política, a practicar deporte, a llevar la ropa que quiera, comenzará a escribir libros y a investigar; en definitiva, empezará a desempeñar aquello que por naturaleza le corresponde, al igual que al hombre, y del que ha sido privada por aquellos que se consideraban superiores. 

Como reflexión final cabe preguntarse por qué la mujer ha tenido que luchar constantemente por sus derechos mientras que el hombre los ha tenido desde siempre. ¿Por qué se ha considerado a la mujer como inferior al hombre?, ¿por qué sólo se ha identificado a la mujer como “el otro sexo”?, ¿por qué la mujer se ha relacionado siempre con la función reproductora llegando a denominarla el “ser sexuado”? Se ha hablado siempre de superioridad del hombre porque éste era considerado como lo dominante, ya que lo que domina es lo más fuerte  y en fuerza física (por naturaleza) el hombre supera a la mujer. En cambio, lo dominante también puede ser lo más inteligente o lo más hábil, pero esto nunca se tuvo en cuenta. Por esto, el papel que le quedaba a la mujer era el de reproductora; sólo se identificaba a la mujer por su sexo. Al no reconocer su autonomía, lo débil se subordina a lo más fuerte, quedaba relegada a un segundo plano. Además, ese segundo plano no estaba formado por mujeres sino por “no- hombres”.            

Para combatir esta actitud por parte del hombre, surgen movimientos como el feminismo. Éste niega la “inevitabilidad” de la superioridad masculina tanto en el ámbito profesional como en el personal. Por otra parte, afirma que la dominación masculina de la mujer surge de una amplia gama de estereotipos relativos al sexo.    

Para terminar, vamos a recuperar algunas de las ideas fundamentales que Virginia Woolf defendió en “Una habitación propia”.  Esta autora, reflejaba a la perfección el miedo de las mujeres a ser libres y a luchar por lo que le pertenece. Un miedo fundado en lo desconocido y en el “qué dirán”. Para Woolf, lo más importante es ser uno mismo y luchar por ser reconocido como tal. Con un poco de tiempo y “unos cuantos conocimientos liberescos en sus cerebros”, se entrará en la larga, laboriosa y oscura carrera hacia la igualdad y la autonomía de la mujer. Sólo se necesita una oportunidad  y aprovecharla para ser libres y actuar con independencia del hombre.

Cuando se tenga esa libertad, hay que acostumbrarse a ella y no temer por dejarse llevar por las propias creencias. Hay que tener valor; valor para decir lo que se piensa, valor para actuar siguiendo sus propios intereses, valor para ser mujer. Según esta autora “hay que ver a los seres humanos no siempre desde el punto de vista de su relación con ellos, sino de su relación con la realidad”. Ojalá llegue el día en el que se deje de hablar de “la conquista de los derechos de la mujer”, “la incorporación de la mujer al trabajo” o de “la dura vida de la mujer”, porque eso significará que se ha logrado la plena igualdad y que la lucha ha terminado. Ojalá llegue el día en el que, el hecho de que una mujer se convierta en presidente de un país, que gane un campeonato de motociclismo  o que arbitre un partido de fútbol, no sea noticia.